Arzobispo en la Experiencia de Renovación Parroquial: “Qué dicha, qué maravilla ser católico”

Tijuana, B.C.- Sacerdotes, diáconos permanentes, seminaristas, religiosas y laicos, en su mayoría, sumando más de 800 agentes de pastoral, vivieron la Experiencia de Renovación Parroquial que dirigió nuestro Arzobispo, Mons. Francisco Moreno Barrón, los días sábado 19 y domingo 20 de agosto.

“Ahora queridos hermanos nosotros somos el nuevo pueblo judío, el nuevo pueblo de Israel, somos el nuevo pueblo de la promesa, todos nosotros los bautizados, nosotros los católicos. Y Dios quiere desde luego nuestra salvación. Qué dicha, qué maravilla ser católico. Lo hemos ido saboreando a lo largo de estos dos días, pero el Señor no nos eligió, no nos llamó al bautismo por el bien que nos reporta a nosotros, sino que a través de nosotros el Señor quiere la vida y la salvación de todos los hombres”, dijo el Arzobispo durante la homilía.

Destacó que nosotros la Iglesia no vivimos para nosotros mismos, sino para los demás, porque no tiene razón de ser si sólo se contempla a sí misma. Por ello tiene razón de ser si tiene las puertas abiertas para que muchos entren y para salir nosotros al encuentro de tantos hermanos allá afuera.

“Unos alejados, heridos, otros que han abandonado la fe en la Iglesia, otros que no creen, en fin, para que les llevemos el anuncio del Evangelio, para que les llevemos el anuncio de que Cristo está vivo y resucitado. ¿Y cuál es la manera de llevar este anuncio? Es siendo nosotros atractivos para ellos. Necesitamos cambiar, renovarnos, ser una Iglesia con un rostro atractivo, sí, por las hermosas celebraciones, sí, por todo lo que hacemos, pero sobre todo por la manera como nos relacionamos unos con otros. El amor de unos por otros. Nuestra unidad en el amor es el testimonio que nosotros damos a la sociedad y al mundo para que le abran su corazón a Cristo y en él encuentren también su felicidad, su plenitud, su realización”, comentó Mons. Moreno Barrón.

Además dijo que Dios quiere que todos los hombres se salven, pero que si queremos colaborar en la salvación de todos necesitamos comenzar a renovarnos hacia dentro de la Iglesia. Y que con disposición de las personas Dios los transforma con su gracia.

“Hemos visto aquí en pequeño lo que le espera a esta Arquidiócesis si realmente somos una Iglesia evangelizada y evangelizadora. Lo que hemos vivido aquí no se puede quedar encerrado, tiene que haber una explosión de vida, tiene que haber una conversión profunda de muchos más corazones por la palabra y el testimonio de los que estamos aquí”, resaltó el Arzobispo.

Y agregó: “Queridos hermanos católicos disfrutemos nuestra identidad, seamos felices de nuestra pertenencia al cuerpo de Cristo en la Iglesia, y mantengamos el corazón abierto para llevar el anuncio de Cristo, sobre todo con nuestra unidad en el amor a fin de que se cumpla el deseo del Señor: que todos alcancen vida, verdad y salvación en él”.

Al terminar la homilía varias personas dieron su testimonio de lo que significa vivir esta experiencia.

En el Instituto México se reunieron el sábado de 7:30 a.m. a 9:30 p.m. y el domingo de 7:30 a.m. a 8:00 p.m.

 

 

 

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