Arzobispo Francisco: Vivamos la Cuaresma
Pastoral para la Comunicación.- Vivir la cuaresma es una llamada al corazón de cada persona para renovar y animar nuestro compromiso cristiano en un camino de conversión permanente. A este propósito, te compartimos algunas claves que nuestro Arzobispo Mons. Francisco Moreno Barrón ha compartido en los diversos mensajes, homilías y reflexiones acerca de la cuaresma.
- “La cuaresma es un tiempo propicio para la conversión, para volver el corazón a Dios y a los hermanos, reflexionando sobre la pobreza que enriquece desde el punto de vista de Cristo y sobre las diferentes formas de pobreza que sufre la humanidad en la actualidad”.
- “Todos procedemos del amor de Dios a través del amor de nuestros padres, Él nos lleva en sus manos paternales y nunca nos deja solos. Quien quiere vivir sin Dios, es el ser más desdichado y no puede ser verdaderamente feliz; en cambio, quien a Dios tiene, nada le falta”.
- “En esta cuaresma seamos sensibles a la miseria material, moral y espiritual de tantos hermanos nuestros y démosles una respuesta de amor, recordando que “hay más alegría en dar que en recibir” (Hch 20,35). Obsequiemos nuestro tiempo, nuestros dones y carismas como remedio a tanta miseria que nos rodea”.
- “Despojémonos de aquello que no necesitamos, de lo que es superfluo o de algo a lo que queremos renunciar libre y gozosamente, aunque nos duela tal desprendimiento, a fin de ayudar y enriquecer a otros hermanos con nuestra pobreza. Entonces estaremos viviendo el sentido profundo de la cuaresma”.
- “El tiempo de la Cuaresma rememora los cuarenta años que el pueblo de Israel pasó en el desierto mientras se encaminaba hacia la tierra prometida, con todo lo que implicó de fatiga, lucha, hambre, sed y cansancio…pero al fin el pueblo elegido gozó de esa tierra maravillosa, que destilaba miel y frutos suculentos (Éxodo 16 ss)”.
- La Cuaresma es el tiempo fuerte del año que nos prepara para la Pascua o Domingo de Resurrección del Señor, cima del año litúrgico, donde celebramos la victoria de Cristo sobre el pecado, la muerte y el mal, y por lo mismo, la Pascua es la fiesta de alegría porque Dios nos hizo pasar de las tinieblas a la luz, del ayuno a la comida, de la tristeza al gozo profundo, de la muerte a la vida.
- “Vivir intensamente este tiempo de gracia, intensificando nuestra vida de oración con Dios, quien sabemos que nos ama, que escucha nuestra oración y responde a ella. Este itinerario, también es propicio para sacrificar los sentidos corporales, no para que Dios y los demás consideren que somos buenos, sino para disponernos a recibir las gracias que Dios nos tiene preparadas en esta cuaresma”.
8.“Este camino cuaresmal es la oportunidad de una conversión profunda de nuestra vida, disfrutando de la relación con Dios, de la relación con Cristo Jesús como Señor y Salvador descubriendo su rostro en todas las personas que nos rodean y dándoles una respuesta de amor efectiva”.
- “Este tiempo es particularmente apropiado para los ejercicios espirituales, las liturgias penitenciales, las peregrinaciones como signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna, y la comunicación cristiana de bienes (obras caritativas y misioneras)”.
- “Ser pobre materialmente no es una desgracia, ser pobre de espíritu y no poner el corazón en los bienes terrenales es una condición óptima para que Dios nos tome por su cuenta y Él sea nuestra única riqueza. Con Él a nuestro lado no nos falta absolutamente nada”.
- “En la vida diaria se multiplican las oportunidades para responder a la miseria material, moral y espiritual de nuestros hermanos. Todo gesto, por sencillo que sea, hecho con amor, es como un bálsamo en su corazón y es una ofrenda agradable en la presencia de Dios”.
- “No nos acostumbremos a convivir con las injusticias y no seamos insensibles a las necesidades más elementales de nuestros hermanos. No permitamos que el poder, el lujo y el dinero se conviertan en ídolos, que impidan una distribución justa de la riqueza. Es necesario que, con una conciencia bien formada, nos convirtamos a la justicia, a la igualdad, a la sobriedad y al compartir”.
- “En nuestra sociedad hay también muchos vicios, rostro de la miseria moral en adolescentes y jóvenes, así como en adultos y niños, que dañan su propia vida y la de nuestras familias y pueblos; por lo que es necesario atender esta urgencia desde el interior de los propios hogares e impulsar una agenda social que prevenga y combata estos vicios que con frecuencias son fatales”.
- “Intensificar nuestra oración para hablar con Dios que nos ama. Sacrificar nuestros sentidos corporales, por ejemplo, en la comida y en la bebida, para estar mejor dispuestos a recibir la gracia de la conversión y otras gracias que Dios nos tiene preparadas. Practicar la caridad, es decir compartir lo que somos y tenemos con las personas más pobres y necesitadas”.
- “Que vivida la cuaresma podamos celebrar con gozo la experiencia de Cristo que muere y resucita por nuestra salvación”.