El mundial de Sudáfrica
Durante la celebración del mundial de fútbol, los medios de comunicación nos bombardean a todas horas sobre este acontecimiento. Mientras tanto, la Iglesia católica de ese país realiza esfuerzos para que este gran evento sea ocasión para unir a las personas. Y, al mismo tiempo, nos llama la atención sobre el rostro más negativo que acompaña a los mundiales: el hecho de que las redes que se dedican al tráfico de personas los aprovechen para enriquecerse.El cardenal de Durban, Wilfrid Napier, ha dicho que “es esta una oportunidad para subrayar el papel importante que el deporte desempeña en nuestras culturas africanas. El deporte requiere paciencia, perseverancia, respeto… todos ellos son valores que nuestras sociedades –especialmente la africana-necesitan mucho. Porque la única victoria que merece la pena es la de la dignidad humana”.La Iglesia Católica sudafricana se encuentra en una situación poco común en el continente africano: es una confesión minoritaria que representa sólo el 6% de la población. Sin embargo, a pesar del modesto porcentaje que representa su labor social es enorme: “La mitad de las personas seropositivas del país son atendidas por instituciones católicas”. Otro frente en el que las parroquias católicas trabajan es el de la integración y la convivencia entre personas de distintos grupos raciales, algo que está todavía lejos de lograrse.“Lo más importante de lo que nos podemos beneficiar es del espíritu de unidad que este tipo de eventos fomentan, y que ya experimentamos cuando nuestro equipo de rugby ganó la copa del mundo en 1995. Desde entonces han ocurrido muchas cosas que han erosionado esa unidad y visión común que nos trajo ese acontecimiento deportivo. Por eso tenemos la gran esperanza de que el Mundial de Fútbol nos dará una segunda oportunidad”.
Monseñor Salvador Cisneros
Parroquia Santa Teresa de Àvila