El amor firme de Pedro y el corazón universal de Pablo, nos ayudan a ser cristianos alegres y fieles al Evangelio
Al celebrar hoy a los Apóstoles S. Pedro y S. Pablo, recuperamos algunos fragmentos de las referencias que el actual Pontífice a compartido sobre estos apóstoles, especialmente afirmando que “eran dos hombres muy distintos entre sí: Pedro «un humilde pescador». Pablo «maestro y doctor», pues si hoy conocemos a Jesús, si la fe cristiana es parte viva y fundamental del patrimonio espiritual y de la cultura, se debe al coraje apostólico de estos dos hijos del Cercano Oriente.
“Ellos, por amor de Cristo, dejaron su patria y descuidando las dificultades del largo viaje y de los riesgos y de la desconfianza que habían de encontrar, llegaron a Roma. Se hicieron anunciadores y testigos del Evangelio entre la gente y sellaron con el martirio su misión de fe y caridad”.
“Quieren volver a traer a Jesús, su amor misericordioso, su consolación, su paz ¡Tenemos tanta necesidad de ello! ¡Acojamos su mensaje! ¡Atesoremos su testimonio! La fe escueta y firme de Pedro, el corazón grande y universal de Pablo nos ayudarán a ser cristianos alegres, fieles al Evangelio y abiertos al encuentro con todos”.