Muy queridos padres y diáconos:
En comunión con el Papa Francisco y con mis hermanos Obispos, les felicito en este Jueves Santo, día en que Jesucristo instituyó el sacerdocio ministerial en su Iglesia.
Gracias por su respuesta actual al llamado de Jesús y por su constante entrega de amor. Cada uno de ustedes es muy amado de Dios y valioso para la Iglesia en nuestra Arquidiócesis de Tijuana.
El Covid-19 que estamos enfrentando, ha acrecentado el aprecio de nuestro pueblo católico por sus sacerdotes y mucha gente está rezando por nosotros. No son pocos también en la sociedad los que valoran nuestra labor frente a la comunidad en esta pandemia.
Recuerden siempre que la renovación de la Iglesia está en el corazón del sacerdote. Por eso, al tiempo que vivimos nuestro sacerdocio de un modo que nos hace recordar las catacumbas, exilios y persecuciones sufridas por la Iglesia a través de su historia, en el reposo, silencio y oración renovemos con alegría nuestro sacerdocio, lo cual será un extraordinario regalo para nuestras parroquias e instituciones eclesiales, que muy pronto y en completa salud disfrutarán de sus sacerdotes.
Gocen a profundidad la Misa de la Cena del Señor por la tarde, íntimamente unidos a Cristo, a su Obispo, a todos sus hermanos sacerdotes y a la gente que les ha sido confiada. Será una experiencia nueva, única, inolvidable y muy fecunda. Yo haré lo mismo en nuestra Iglesia Catedral.
Pido al Señor que, el fruto de este singular Jueves Santo, se refleje en nuestra íntima fraternidad sacerdotal, como una viva expresión del nuevo mandamiento del amor: “ámense los unos a otros, como yo los he amado” (Jn 13,34)
Una vez más, les manifiesto mi cariño y disposición para servirles como padre, hermano y amigo.
¡Felicidades en Cristo Sacerdote!
+Mons. Francisco Moreno Barrón
Arzobispo de Tijuana
Tijuana, B.C., Jueves Santo, 9 de abril de 2020
