INICIA LA 99 ASAMBLEA PLENARIA DE LA CONFERENCIA DEL EPISCOPADO MEXICANO
México, D.F., a 14 de abril de 2015
CEM B. 178 / 2015
INICIA LA 99 ASAMBLEA PLENARIA DE LA CONFERENCIA DEL EPISCOPADO MEXICANO
Hoy, martes 14 de abril, ha comenzado la 99 Asamblea Plenaria del Episcopado Mexicano, en la que participan 125 obispos de toda la República Mexicana, así como 32 sacerdotes, 3 religiosas y 12 laicos. El tema central es: «Los jóvenes destinatarios y protagonistas prioritarios de la Nueva Evangelización en el contexto social post-moderno». El objetivo es acercarse a los jóvenes, reconocerlos, valorarlos, escucharlos, dialogar y discernir para ayudarles en su desarrollo personal y hacer equipo con ellos en la evangelización y en la construcción de una Iglesia, de un México y de un mundo mejor.
Misa de inicio de la 99 Asamblea Plenaria de la CEM
La primera jornada de trabajo comenzó con el rezo de Laudes y la celebración de la Santa Misa que presidió el Card. Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México, en su carácter de Presidente de la Comisión Episcopal para la Familia, Juventud y Laicos. En la homilía, el Card. Rivera, destacando el testimonio de muchos jóvenes que participan en diversos, grupos, movimientos y en las Jornadas Mundiales de la Juventud, afirmó: “Tenemos necesidad de la alegría del entusiasmo de los jóvenes. Tenemos necesidad de la alegría de vivir que tienen los jóvenes, en la que se refleja algo de la alegría original que tuvo Dios al crear al hombre y a la mujer”. Finalmente, pidió a Dios que ilumine a todos a fin de “encontrar caminos para que Jesucristo fascine a los jóvenes y los jóvenes fascinen a nuestra Iglesia”.
Saludo inaugural del Presidente de la CEM
En su saludo inaugural, el Card. Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara y Presidente de la CEM, destacó que en los momentos actuales se requiere de todos, particularmente de aquellos a quienes se ha sido confiado el servicio de la autoridad, un compromiso decidido y coherente en la defensa de la verdad, la vida, la dignidad, los derechos y los deberes de toda persona, así como la libertad, la justicia, el bien, la reconciliación, el progreso y la paz.
En este sentido, señaló que la pasión, muerte y resurrección de Jesús nos permite comprobar que Dios no es indiferente ante las injusticias y sufrimientos de la humanidad. “Él –dijo–, que con la omnipotencia del amor ha hecho triunfar la verdad, la libertad, la justicia, el bien, el progreso y la vida, nos invita a seguirlo, superando cualquier forma de indiferencia ante los dramas que enfrentan tantos hermanos nuestros.
Destacó que la Iglesia, fiel a su Señor, debe servir a todos, anunciando a Jesús, especialmente a la juventud, que, a pesar de los problemas y desencantos, asume cada vez más un mayor protagonismo. “Esto –afirmó–, exige de nosotros ser sus compañeros en el camino de la vida, guiándolos y aprendiendo de ellos, que son el presente y el futuro de la Iglesia, de México y del mundo”. Pidió hacer “equipo” con ellos en la evangelización, la celebración, la oración y el compromiso en la construcción de un México y un mundo mejor.
Mensaje del Nuncio Apostólico a la 99 Asamblea Plenaria de la CEM
Por su parte, Mons. Christophe Pierre, Nuncio Apostólico en México, comentó que, aunque no es posible generalizar, sí podemos constatar rasgos comunes en los jóvenes de hoy, como es el hecho de que estén viviendo, al igual que todos, un cambio de época, en la que se da una reducción al instante presente vivido como única certeza y una búsqueda de autonomía, que lleva a rechazar la educación actual y las presiones sociales. La necesidad de sentirse apoyados para lograr aceptarse, aceptar la vida, y comenzar a actuar. Fascinación por la “marca” que, como un tótem, manifiesta deseo de pertenecer a una tribu. El aferramiento a gratificaciones primarias y la dependencia de las realidades virtuales que hace perder contacto con la realidad y dificulta relaciones profundas. Dificultad para madurar y elegir el largo y duro camino de la edificación de su propio futuro.
El Nuncio reconoció que la mayoría de los jóvenes son generosos, solidarios y comprometidos, no obstante que muchos de ellos no han recibido de sus padres referencias sociales y espirituales, por lo que enfrentan cierta falta de raíces culturales, religiosas y morales que favorezcan el sentido de pertenencia. Frente a esto, señaló que los jóvenes quieren que se les tome en cuenta y se les acompañe en su búsqueda de identidad, por lo que es necesario “ir” a ellos y estar con ellos allá donde ellos están; escucharlos y acompañarlos para cumplir el mandato de Cristo de “enseñar” a todos y recorrer juntos el camino.
Información General
En su calidad de Secretario General de la CEM, Mons. Eugenio Lira Rugarcía, Obispo Auxiliar de Puebla, presentó un informe de los acontecimientos más significativos desde la 98 Asamblea Plenaria. Destacó los nombramientos de 5 nuevos obispos, la designación de 4 a nuevas sedes episcopales y la creación de un nuevo cardenal para México, así como la aceptación de la renuncia por límite de edad o enfermedad presentada al Papa por 6 obispos. También se refirió a los obispos y diócesis que celebraron algún aniversario, y el fallecimiento de Mons. José María Hernández.
Comentó la apertura del Año de la Vida Consagrada en la Basílica de Guadalupe, la Campaña #Por1MéxicoenPaz, la Misa concelebrada el 12 de diciembre con el Papa por algunos obispos de México y la Misa con migrantes en Nueva York, el Encuentro de Vicarios de Pastoral de 74 diócesis, la participación en eventos convocados por el Consejo Episcopal Latinoamericano, así como diversos encuentros con diversas instituciones, funcionarios, líderes empresariales, sociales y religiosos, y con destacados profesionales de los medios de comunicación.
Presentación General de la Asamblea
Mons. Héctor Luis Morales Sánchez, Obispo de Netzahualcóyotl y Responsable de la Dimensión Episcopal de Adolescentes y Jóvenes, al hacer la Presentación General de la Asamblea, comentó que esta constará de 4 movimientos: dejarse FASCINAR por el llamado de Dios a servirlo en los jóvenes; ESCUCHAR a los jóvenes y su realidad; DISCERNIR lo que se debe hacer a la luz de la Palabra de Dios; y hacer una CONVERSIÓN que lleve a un mejor servicio pastoral a la juventud.