Rito de agradecimientoBeatificación del Siervo de Dios Juan Pablo II
ARQUIDIÓCESIS DE TIJUANA
1 de mayo 2011
Domingo II de Pascua o “de la Divina Misericordia”
Beatificación del Siervo de Dios Juan Pablo II, Papa
RITO DE AGRADECIMIENTO
Después de la Oración de la Comunión y de los breves avisos, y antes del saludo de despedida, se puede realizar el siguiente rito de agradecimiento a Dios por el don de la Beatificación del Siervo de Dios Juan Pablo II, Papa.
Monición:
La gracia de Dios se ha desbordado sobre la Iglesia que peregrina en fidelidad siguiendo las huellas del Buen Pastor. Dios nos dio como pastor de la Iglesia universal al Papa Juan Pablo II, quien tomó el timón de la Barca de Pedro a la que sirvió sabia y sanamente, teniendo como centro de su ministerio Petrino al Señor Jesús resucitado y a María, la Virgen.
En el año 2005 terminó su peregrinar terrenal e inmediatamente, como en la antigüedad, su pueblo pidió la y canonización. Hoy se ha realizado el rito de Beatificación, lo que significa que su nombre está inscrito en el libro de los bienaventurados para interceder por nosotros. Por ello le damos gracias a Dios e invocamos al Beato.
Letanía
El presidente o el diácono dice:
Invoquemos la intercesión del Beato Juan Pablo II por la Iglesia peregrina.
Responderemos:
R. Ruega por nosotros
Pastor, sucesor de san Pedro. R.
Pastor, fuente de enseñanza. R.
Pastor, guía seguro de la Iglesia. R.
Pastor, peregrino infatigable de la Buena Noticia. R.
Pastor, de ardiente caridad. R.
Pastor, servidor de la liturgia de la Iglesia. R.
Pastor, vigilante de la familia. R.
Pastor, gran testimonio de oración. R.
Pastor, preocupado de las necesidades del mundo actual. R.
Pastor, expresión de santidad de vida. R.
Pastor, proveedor de Beatos y santo para la Iglesia. R.
Pastor, que le dijiste a la Virgen María “Todo tuyo”. R.
El presidente concluye diciendo:
Oremos.
Padre, todopoderoso y eterno, que pusiste al frente de tu pueblo al Bienaventurado Juan Pablo II, Papa, para que lo guiara con su enseñanza y ejemplo, protege, por su intercesión, a los pastores de la Iglesia y a la comunidad cristiana y condúcelos por el camino de la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Se imparte la bendición de la Pascua y se despide al pueblo con la formula pascual.