Homilía de la misa de exequias del Pbro. Salvador Ruiz Enciso

 

           

            Tijuana, B. C.- La misa de exequias del Presbítero Salvador Ruiz Enciso se llevó a cabo el sábado 28 de mayo por parte del presbiterio, a las 9:30 de la mañana en el Santuario Nuestra Señora del Sagrado Corazón.

            A continuación reproducimos la homilía del Vicario General, Presbítero Juan García Ruvalcaba, durante la eucaristía.

            “Este es el símbolo de la celebración fraternal oficialmente entre los hermanos sacerdotes de nuestro buen compañero hermano: el padre Chavita, párroco de la comunidad (Divino Rostro). Ya la familia, los hermanos y familiares del padre Chavita han querido también presentar otras celebraciones. De hecho a las 11:30 de la mañana tienen en el Divino Rostro y luego en el Ejido Chilpancingo en San Isidro Labrador, donde seguramente habrá una nutrida presencia de fieles que lo han amado, en las comunidades por las que ha pasado.

            Esta celebración de ahorita es más de presencia sacerdotal, es por eso que no se ve tantas personas fieles porque saben que habrá otras celebraciones.

Y claro hemos querido acompañar a nuestro hermano Chava en este momento de fe, y fe de ésto que predicamos, que tratamos de vivir, es de las cosas que más se cuestionan ante la partida de nuestro hermano por la forma, el modo.

Yo recuerdo cuando en los inicios vocacionales le cuestionaba yo en lo personal a un sacerdote qué sentido tiene confesar a última hora, qué sentido tiene ungir a alguien que está falleciendo si hay tanta gente que muere en las guerras, que muere en accidentes o que sencillamente pierden la vida de forma absurda, que nunca tuvo oportunidad ni de confesarse, ni de acercarse, ni de arrepentirse. Ya el sacerdote en mis tiempos de cuestionamiento me explicó las cosas de la comunión de los santos, de los fieles de la Iglesia triunfante, la comunión de la oración, pero sobre todo después de ese sinsentido de la muerte de Jesús en la cruz, de un hombre joven, bueno, que pasó haciendo el bien, que no murió anciano Jesús, que tampoco con todos los auxilios espirituales, sino todo lo contrario de una forma contradictoria.

Y eso que aparentemente, bueno no aparentemente, que nos duele tanto, y que hace cuestionar la fe, hacer cimbrar qué sentido tienen las cosas, qué sentido tiene el mundo, sin embargo es cuando más se requiere de esa fe, o es la oportunidad de encontrarle significado a eso que hacemos y a eso que predicamos. Claro que cuestiona.

            El padre Chavita, un ser humano, uno entre muchos tantos, muy pocos entre tantos puede uno decir: un hombre bueno, un hombre bueno, a todas luces de buen corazón, amable, de quien menos absolutamente pensáramos tuvieran deseos de hacerle daño. Esos sinsentidos, esos absurdos, sin embargo a la hora de vivir nuestra fe son los que más nos hacen tratar de encontrarle sentido en el más puro espíritu cristiano.

            Como hermanos sacerdotes vivimos nuestra fe, acompañamos a nuestro hermano que ha vivido el ministerio, por supuesto junto con el Señor Arzobispo (Don Rafael Romo Muñoz) mostramos nuestra cercanía a la familia que con tanto esfuerzo en estos días, estos desvelos, ha querido generosamente también hoy continuar, en atención a las comunidades que ha tenido el padre Chava, vivir estas celebraciones”.

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