Tengan cuidado de los falsos profetas
Miércoles de la 12a semana del Tiempo ordinario
LECTIO
Evangelio: Mateo 7,15-20
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Tengan cuidado de los falsos profetas, que se presentan cubiertos con pieles de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los reconocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? Así, todo árbol bueno produce frutos buenos y todo árbol malo produce frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo, producir frutos buenos. Al árbol que no produce frutos buenos se lo corta y se lo arroja al fuego. Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán.
ORATIO
Señor, soy un sarmiento injertado en ti, árbol de la verdadera vida. De ti me llega la linfa de la Palabra y de la eucaristía. Sólo en ti puedo dar frutos para la vida eterna. Concédeme aceptar las podas que el Padre obra en mí, para que pueda fructificar más.
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Cuando llegue su tiempo, distinguiréis los árboles por sus frutos. Y el fruto no puede hacerse esperar mucho. Lo que se trata aquí no es la diferencia entre, la Palabra y la obra, sino entre la apariencia y la realidad. Jesús nos dice que un hombre no pue de vivir mucho tiempo de apariencias. Llega el momento de dar los frutos, llega el tiempo de la diferenciación. Tarde o temprano se revelará lo que realmente es. Poco importa que el árbol no quiera dar fruto. El fruto viene por sí mismo. Cuando llegue el momento de distinguir un árbol de otro, el tiempo de los Frutos lo revelará todo. Cuando llegue el momento de la decisión entre el mundo y la Iglesia, lo que puede ocurrir cualquier día, no sólo en las grandes decisiones, sino también en las decisiones ínfimas, vulgares, entonces se revelará lo que es malo y lo que es bueno. En ese instante sólo subsistirá la realidad, no la apariencia (Dietrich Bonhoeffer, El precio de la gracia. El seguimiento, Sígueme, Salamanca 51999, pp. 126-127).
Mons. Salvador Cisneros G.
Parroquia Santa Teresa de Ávila