La reciente Jornada Mundial de la Paz nos llama a compromiso de esperanza, diálogo, reconciliación y conversión”
Pastoral para la Comunicación. – En la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios, que corresponde al 1 de enero 2020 se celebrará la 53ª Jornada Mundial de la Paz. El Papa Francisco se ha detenido en las profundas heridas que desgarran la fraternidad y la vida de comunión. Entre ellos, un “fenómeno abominable” es el “flagelo de la explotación del hombre por parte del hombre”. Aún hoy, el Santo Padre recuerda que “millones de personas están privadas de su libertad y obligadas a vivir en condiciones similares a las de la esclavitud”.
“Hoy, lamentablemente, estamos ante una terrible guerra mundial por partes, esta violencia que se comete «por partes», en modos y niveles diversos, provoca un enorme sufrimiento que conocemos bien: guerras en diferentes países y continentes; terrorismo, criminalidad y ataques armados impredecibles; abusos contra los emigrantes y las víctimas de la trata; devastación del medio ambiente”. (Papa Francisco, mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2017). La violencia, subraya el Pontífice, “no es la solución para nuestro mundo fragmentado”: ser verdaderos discípulos de Jesús “hoy significa también aceptar su propuesta de la no violencia”.
El mensaje central de este año está dedicado al “desafío de una buena política”. “La buena política está al servicio de la paz; respeta y promueve los derechos humanos fundamentales, que son igualmente deberes recíprocos, de modo que se cree entre las generaciones presentes y futuras un vínculo de confianza y gratitud”.
Pero en la política, añade el Papa, no faltan los vicios, “tanto por ineptitud personal como por distorsiones del ambiente y de las instituciones”. “Estos vicios, que socavan el ideal de una democracia auténtica, son la vergüenza de la vida pública y ponen en peligro la paz social: la corrupción —en sus múltiples formas de apropiación indebida de bienes públicos o de aprovechamiento de las personas—, la negación del derecho, el incumplimiento de las normas comunitarias, el enriquecimiento ilegal, la justificación del poder mediante la fuerza o con el pretexto arbitrario de la “razón de Estado”, la tendencia a perpetuarse en el poder, la xenofobia y el racismo, el rechazo al cuidado de la Tierra, la explotación ilimitada de los recursos naturales por un beneficio inmediato, el desprecio de los que se han visto obligados a ir al exilio. (Papa Francesco, mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2019).
El Papa finalmente exhorta a “globalizar la fraternidad”, haciendo un llamamiento urgente a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, y a todos los que, de lejos o de cerca, incluso en los más altos niveles de las instituciones, son testigos del flagelo de la esclavitud contemporánea, para que no sean cómplices de este mal, para que no aparten los ojos del sufrimiento de sus hermanos y hermanas en humanidad, privados de libertad y dignidad, sino que tengan el valor de tocar la carne sufriente de Cristo.