“¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?”
SÁBADO 29
Lectura
Evangelio según San Marcos 4,35-41.
Al atardecer de ese mismo día, les dijo: "Crucemos a la otra orilla". Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron a la barca, así como estaba. Había otras barcas junto a la suya. Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua. Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal. Lo despertaron y le dijeron: "¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?". Despertándose, él increpó al viento y dijo al mar: "¡Silencio! ¡Cállate!". El viento se aplacó y sobrevino una gran calma. Después les dijo: "¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?". Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: "¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?".
Reflexión
Después de las parábolas, san Marcos nos presenta una serie de cuatro milagros. Estos signos no fueron hechos delante de la muchedumbre, sino sólo ante los discípulos, para su educación. La tempestad es símbolo de las crisis humanas, personales y sociales. Y, en la Biblia, el mar es sinónimo de peligro y el lugar del maligno. También nosotros experimentamos en la vida muchísimas tormentas. Y nos toca remar contra fuertes corrientes. A veces nos da la impresión de que la barca se nos hunde. Mientras Dios parece que duerme. Pero a Jesús le importa la suerte de la barca. Por eso no tendríamos que ceder a la tentación del miedo o del pesimismo. Con Cristo ha llegado en verdad la salvación de Dios. El pánico o el miedo no deberían tener tanta cabida en nuestras vidas. « ¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?».
Mons. Salvador Cisneros G.
Parroquia Santa Teresa de Ávila