MENSAJE DE NAVIDAD A LA ARQUIDIÓCESIS DE TIJUANA Y A TODOS LAS PERSONAS DE BUENA VOLUNTAD
- La noche del 24 de diciembre inicia el Tiempo de Navidad, que incluye las solemnidades de Año Nuevo y de los Reyes Magos. Si Dios es Amor y Navidad significa “Dios con nosotros”, ¿por qué vivimos rodeados de pobreza, soledad, violencia, corrupción e injusticia? Ante este escenario, parece que Dios se hubiera olvidado de nosotros, cuando en realidad somos nosotros los que hemos querido vivir sin él, jugándole a las escondidas o sacándole la vuelta.
- Todos los seres humanos aspiramos a la felicidad, pero frecuentemente la buscamos donde no se encuentra: en el dinero, la fama, el poder y los placeres desordenados, que solo nos dan “probaditas” de felicidad y dejan vacío el corazón. En ninguna creatura podemos encontrar nuestra felicidad, ya que las personas no sólo somos cuerpo o materia, sino que también somos seres espirituales y trascendentes. Qué bien lo expresó San Agustín: “Nos creaste, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti. Sólo en Dios podemos encontrar la felicidad verdadera, ya que de él venimos, en él subsistimos y a él hemos de retornar.
- Dios nos ama y quiere nuestra felicidad, por eso nos envió a su Hijo Jesucristo. La verdadera felicidad consiste en abrir el corazón a nuestro Dios encarnado en el Niño Jesús, que nació en Belén para la salvación de todos los hombres y que renace cada Navidad en quien le abre su corazón de par en par.
- El nacimiento de Jesús es el verdadero motivo de la Navidad. Si lo acogemos, recibiremos el regalo de su paz y alegría para nosotros, nuestras familias y nuestra comunidad; una paz que brota de lo más profundo de nuestro interior y una alegría que nada ni nadie nos podrá arrebatar.
- Por eso, esta Navidad no nos quedemos solamente en los festejos exteriores de compras, comida, regalos, adornos, música y diversión. Demos el paso al encuentro con nuestro Salvador. Él quiere estar con nosotros en esta Navidad, para darle un sentido de plenitud y trascendencia. No lo dejemos fuera de nuestra fiesta, tocando a la puerta. Con él viviremos más plenamente la existencia, renovaremos nuestras relaciones familiares, daremos cause a los grandes problemas que enfrenta nuestra comunidad e iremos por los caminos del verdadero progreso.
- En esta Navidad, todos podemos guardar un momento de profundo silencio en nuestro interior y decirle a Jesús: Gracias, Dios mío, por hacerte humano y elevarnos a lo divino. Te recibo como mi Señor y Salvador. Te ofrezco mi corazón como humilde pesebre para que renazcas en él y tu Espíritu habite siempre en mí. Ven e ilumina las obscuridades del mundo, bendice nuestros hogares y peregrina a nuestro lado en tu tierra de Tijuana y Baja California, para que podamos vivir como hermanos, perdonarnos y trabajar unidos en la construcción de una nueva y mejor sociedad.
- A todas las familias de Tijuana y Baja California y a cada persona, les deseo que disfruten esta Navidad, unidas en la paz y la alegría del Niño Jesús, y que él renazca en nuestro corazón, para que descubramos su rostro en los pobres, enfermos, migrantes y en los que son menos útiles a los ojos del mundo, y les demos una respuesta de amor, en la que todos podamos reconocer que el Niño Dios ha nacido entre nosotros. ¡Muchas felicidades!
Su servidor en Cristo Jesús…
+ Mons. Francisco Moreno Barrón
Arzobispo de Tijuana
Tijuana, B.C. Navidad 2016