Jesús el pan de vida
A partir de este domingo la liturgia nos invita a escuchar el capítulo 6 del evangelio de Juan, que realiza una reflexión sobre el misterio de Cristo, el Pan de Vida, que se encarna en la historia, se ofrece por la salvación de la humanidad y se hace presente en medio de la comunidad cristiana en el pan de la eucaristía.
El capítulo inicia con el relato de la multiplicación de los panes, que es uno de los “signos” que realiza Jesús. Esta acción nos revela el misterio de la gloria de Jesús. El “signo” se vuelve anuncio y catequesis del misterio de Cristo “pan de vida”.
El evangelio relata el “signo” que Jesús realiza en favor del pueblo hambriento. Hay un dato importante: “estaba próxima la fiesta judía de la pascua”. San Juan quiere poner en relación con la pascua el gesto de Jesús. Jesús, igual que Moisés, ha atravesado “el mar” y estaba con el pueblo en “la montaña”. La acción realizada por Jesús revela un misterio de liberación. El pan que dona a la gente evoca un don más alto y misterioso: la salvación escatológica que Dios ofrece, a través de él, a todos los hombres. Jesús al “ver” que mucha gente acudía a él, toma la iniciativa de darles de comer, preguntándole a Felipe: “¿dónde podríamos comprar pan para dar de comer a todos éstos?” (v. 5). De esta forma se subraya la gratuidad absoluta del don del pan. El relato presenta ante todo a Jesús como donante generoso ante la multitud; su gesto, gratuito, depende de la mirada que ha dirigido sobre ella. Los gestos de Jesús evocan la última cena: toma los panes, da gracias a Dios y los distribuye. Él mismo reparte el pan, él es el que da de comer a la multitud. Con aquel signo Jesús se presenta como el nuevo don pascual que, ofreciéndose a sí mismo, da la vida al mundo.
El es el verdadero pan que sacia el hambre del hombre. La comunidad cristiana vive este misterio sacramentalmente cada vez que celebra la eucaristía, experiencia de gratuidad y exigencia de solidaridad.
Mons. Salvador Cisneros
Parroquia Santa Teresa de Ávila