Papa Francisco a Cuerpo Diplomático de la Santa Sede: Asumir la “Radiografía y horizontes de oportunidades y desafíos globales 2022”

Pastoral para la Comunicación.– La Santa Sede ha informado en medios oficiales que el Papa Francisco celebró esta segunda semana de enero del 2022 el encuentro anual con los miembros del Cuerpo diplomático ante la Santa Sede.

El Obispo de Roma subrayo que la política “debe comprometerse a buscar el bien de la población por medio de decisiones de prevención e inmunización, que interpelen también a los ciudadanos para que puedan sentirse partícipes y responsables, por medio de una comunicación transparente de las problemáticas y de las medidas idóneas para afrontarlas”.

Además, aludió a la “falta de firmeza decisional y de claridad comunicativa” que “genera confusión, crea desconfianza y amenaza la cohesión social, alimentando nuevas tensiones”, de manera que “se instaura un relativismo social que hiere la armonía y la unidad”.

Después de manifestar la necesidad de “un compromiso global de la comunidad internacional, para que toda la población mundial pueda acceder de la misma manera a los tratamientos médicos esenciales y a las vacunas”, el Santo Padre dijo textualmente: “En particular, me permito exhortar a los Estados que se están esforzando por establecer un instrumento internacional sobre la preparación y la respuesta a las pandemias, bajo el patrocinio de la Organización Mundial de la Salud, para que adopten una política de desinteresada ayuda mutua, como principio clave para que el acceso a instrumentos diagnósticos, vacunas y fármacos esté garantizado a todos”.

Después de afirmar que “todos tenemos la responsabilidad de cuidar de nosotros mismos y de nuestra salud”, y que “el cuidado de la salud constituye una obligación moral”, Francisco lamentó que se constata cada vez más que “vivimos en un mundo de fuertes contrastes ideológicos”.

“Toda afirmación ideológica cercena los vínculos que la razón humana tiene con la realidad objetiva de las cosas. En cambio, la pandemia nos impone una suerte de ‘cura de realidad’, que requiere afrontar el problema y adoptar los remedios adecuados para resolverlo. Las vacunas no son instrumentos mágicos de curación, sino que representan ciertamente, junto con los tratamientos que se están desarrollando, la solución más razonable para la prevención de la enfermedad”.

Agradeció a quienes “se esfuerzan por garantizar acogida y protección a los migrantes, haciéndose cargo también de su promoción humana y de su integración en los países que los han acogido”, el Papa manifestó que es “consciente de las dificultades que algunos estados encuentran frente a flujos ingentes de personas”. Sin embargo, agregó:

“Es necesario vencer la indiferencia y rechazar la idea de que los migrantes sean un problema de los demás. El resultado de semejante planteamiento se ve en la deshumanización misma de los migrantes, concentrados en los centros de registro e identificación – hotspot – donde acaban siendo presa fácil de la delincuencia y de los traficantes de seres humanos, o por intentar desesperados planes de fuga que a veces culminan con la muerte”.

Por otra parte, Su Santidad agregó que “es preciso destacar que los mismos migrantes a menudo son transformados en armas de coacción política, en una especie de artículo de negociación, que despoja a las personas de su dignidad”. De ahí que haya querido “renovar” su “gratitud a las autoridades italianas”, gracias a las cuales algunas personas pudieron viajar con él a Roma desde Chipre y Grecia. Algo que Francisco definió como “un gesto sencillo pero significativo” y con su agradecimiento dijo:

“Al pueblo italiano, que sufrió mucho al comienzo de la pandemia, pero que también ha demostrado alentadores signos de recuperación, dirijo mis mejores votos, para que mantenga siempre el espíritu de apertura generosa y solidaria que lo distingue”.

En este rubro el Papa recordó que “no conciernen sólo a Europa”, que se ve afectada por los flujos provenientes de África y Asia, puesto que en estos años se ha asistido “al éxodo de los prófugos sirios, al que se han agregado en los últimos meses los que huyeron de Afganistán”, sin olvidar “los éxodos masivos que afectan al continente americano y que crean presión en la frontera entre México y Estados Unidos de América”. Recordó, además, que “muchos de esos migrantes son haitianos que huyen de las tragedias que han golpeado su país en estos años”.

“La cuestión migratoria, como también la pandemia y el cambio climático, muestran claramente que nadie se puede salvar por sí mismo, es decir, que los grandes desafíos de nuestro tiempo son todos globales. Por eso, es preocupante constatar que, frente a una mayor interconexión de los problemas, vaya creciendo una mayor fragmentación de las soluciones”.

Finalmente se refirió a la colonización ideológica, con un “déficit de eficacia de muchas organizaciones internacionales” que obedece también “a las diferentes visiones” de sus miembros y de “los fines” que se “deberían alcanzar”. Después de destacar que “el centro de interés” suele haberse “trasladado a temáticas que por su naturaleza provocan divisiones y no están estrechamente relacionadas con el fin de la organización, dando como resultado agendas cada vez más dictadas por un pensamiento que reniega los fundamentos naturales de la humanidad y las raíces culturales que constituyen la identidad de muchos pueblos”, el Papa agregó:

“Como tuve oportunidad de afirmar en otras ocasiones, considero que se trata de una forma de colonización ideológica, que no deja espacio a la libertad de expresión y que hoy asume cada vez más la forma de esa cultura de la cancelación, que invade muchos ámbitos e instituciones públicas”.

Subrayo la “hermenéutica de la época” que es el “riesgo de acallar las posiciones que defienden una idea respetuosa y equilibrada de las diferentes sensibilidades” mientras “se está elaborando un pensamiento único – peligroso – obligado a renegar la historia o, peor aún, a reescribirla en base a categorías contemporáneas”, cuando “toda situación histórica debe interpretarse según la hermenéutica de la época, no la hermenéutica de hoy”.

Tras recordar que, en su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, destacó los elementos que considera “esenciales para fomentar una cultura del diálogo y la fraternidad”, el Papa dijo que “un lugar especial lo ocupa la educación, a través de la cual se forman las nuevas generaciones, que son la esperanza y el futuro del mundo”. “El proceso educativo es lento y complicado, a veces puede llevar al desánimo, pero nunca se puede abandonar; es una expresión eminente del diálogo, porque no hay verdadera educación que no sea dialógica en su estructura”.

“Si se aprende a aislarse desde pequeños, será más difícil en el futuro construir puentes de fraternidad y paz. En un universo donde sólo existe el ‘yo’, difícilmente puede haber lugar para el ‘nosotros’”.

Al recordar la cuestión del trabajo como “factor indispensable para construir y mantener la paz”, dijo que “es expresión de uno mismo y de los propios dones, pero también es compromiso, esfuerzo, colaboración con otros, porque se trabaja siempre con o por alguien”.

“En esta perspectiva marcadamente social, el trabajo es el lugar donde aprendemos a ofrecer nuestra contribución por un mundo más habitable y hermoso”.

Con la pandemia que “ha puesto a prueba la economía mundial, con graves repercusiones para las familias y los trabajadores, que están experimentando situaciones de angustia psicológica”, el Pontífice destacó la cuestión económica, que “ha puesto aún más de manifiesto la persistencia de las desigualdades” en los diversos ámbitos, sin olvidar “el acceso al agua potable, la alimentación, la educación y la atención médica”.

“El número de personas que viven en pobreza extrema está aumentando considerablemente. Además, la crisis sanitaria ha llevado a muchos trabajadores a cambiar el tipo de empleo y a veces los ha obligado a entrar en el espacio de la economía sumergida, privándolos también de las medidas de protección social previstas en muchos países”.

Por último, el Papa afirmó que “La paz es un bien ‘contagioso’, que se propaga desde el corazón de quienes la desean y aspiran a vivirla, alcanzando al mundo entero. A cada uno de ustedes, a sus seres queridos y a sus pueblos les renuevo mi bendición y mi más sincero deseo de un año de serenidad y paz”.

 

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