Papa Francisco: “Vivir este año 2020 con el compromiso cuidar a los demás”
Pastoral para la Comunicación. – En la homilía de su primera misa del nuevo año 2020 el Papa Francisco invitó a cada uno a preguntarse… “¿Sé mirar a las personas con el corazón? ¿Me importa la gente con la que vivo? ¿Tengo al Señor en el centro de mi corazón?”, ya que si queremos un mundo mejor- dijo el Pontífice- es necesario construir “una casa de paz y no un patio de batalla, y que nos importe la dignidad de toda mujer”.
El Papa Francisco celebró la primera misa del año 2020 en la Basílica de San Pedro con motivo de la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios en la Octava de Navidad. En su homilía el Pontífice ensalzó la figura de la Virgen María como aliada en el plan divino de salvación. En este sentido, el Obispo de Roma subrayó que lo que celebramos en este primer día del año son “estos desposorios entre Dios y el hombre, inaugurados en el vientre de una mujer, en Dios estará para siempre nuestra humanidad y María será la Madre de Dios para siempre”. Indicando que “las mujeres son fuente de vida. Sin embargo, son continuamente ofendidas, golpeadas, violadas, inducidas a prostituirse y a eliminar la vida que llevan en el vientre”, afirmó el Papa.
La invitación del Pontífice fue contundente: “Sólo si la vida es importante para nosotros sabremos cómo cuidarla y superar la indiferencia que nos envuelve”. “Vivir el año con el deseo de tomar en serio a los demás, de cuidar a los demás. Y si queremos un mundo mejor, que sea una casa de paz y no un patio de batalla, que nos importe la dignidad de toda mujer”.
Al respecto, señaló que es propio de la mujer tomarse la vida en serio: “La mujer manifiesta que el significado de la vida no es continuar a producir cosas, sino tomar en serio las que ya están”, ya que “sólo quien mira con el corazón ve bien”, porque sabe “ver en profundidad” a la persona más allá de sus errores, “al hermano más allá de sus fragilidades, la esperanza en medio de las dificultades, a Dios en todo”.
Concluyó Francisco en su homilía rezando, “Oh Madre, genera en nosotros la esperanza, tráenos la unidad. Mujer de la salvación, te confiamos este año, custódialo en tu corazón. Te aclamamos: ¡Santa Madre de Dios, ¡Santa Madre de Dios, Santa Madre de Dios!”.