La escuela católica y la propuesta de reforma hacendaria
Tijuana, B. C.- La Arquidiócesis de Tijuana, a través de la Comisión Arquidiocesana Educativa, que coordina el Presbítero Benigno Medrano Flores, se pronuncia en relación a la propuesta de reforma hacendaria que incorpora gravar con el IVA las colegiaturas.
“La escuela católica aporta a la comunidad una serie de servicios educativos que conllevan la intención explícita de promover los valores del Evangelio entre quienes la conforman. La escuela católica es administrada por muchas congregaciones de religiosos y religiosas, así como por laicos que brindan a la comunidad sus proyectos educativos como una opción para los padres de familia”, comentó el padre Benigno.
También dijo que las escuelas católicas, como todas las escuelas particulares de México, se sostienen principalmente del pago de colegiaturas que los padres de familia aportan para su sostenimiento. Con esta aportación pagan los sueldos de los maestros, directivos, intendentes y demás personal de apoyo que labora en estas instituciones.
“Gravar las colegiaturas que aportan los padres de familia con IVA implica un pago adicional de éstos, que de por sí ya hacen un gran sacrificio por cubrir los pagos mensuales en los colegios. Hay que recordar que este cobro implica un daño a la economía de las familias ya que la mayoría de las escuelas católicas brindan sus servicios a familias de clase media, media-baja y de escasos recursos”, destacó el coordinador de la pastoral educativa.
También explicó que de hecho parte determinante de la educación católica es, como marca el documento de Aparecida, “ir por los alejados”, es decir, los marginados aquellos que viven excluidos de la posibilidad de una mejor educación para gestar mejores oportunidades de vida. Por lo que considera que es un error pensar que quienes acuden a la escuela de sostenimiento particular deben y pueden pagar IVA en sus colegiaturas.
Aclaró que si bien es cierto que hay algunas escuelas católicas que también atiende a sectores económicamente más favorecidos, cabe mencionar que son los padres de familia que conforman estas comunidades educativas los que generan empleos y a su vez son “cautivos” ya en el pago de los impuestos, que a raíz de sus distintas actividades empresariales o profesionales desarrollan al servicio de los demás.
Por lo tanto considera que este gravamen es injusto para quienes, además de que ya están pagando los impuestos en virtud de los cuales tendrían derecho a un espacio en la escuela pública, libremente deciden, ya sea por sus convicciones, ya sea por cualquier otro interés, inscribir a sus hijos en una escuela de sostenimiento particular que en su caso puede ser una de las tantas que son católicas en nuestra comunidad.
“Invitamos a nuestros representantes en el Congreso de la Unión, a que se sensibilicen respecto a los aportes que la escuela católica hace a nuestro país, que tengamos una visión verdaderamente social y que enfoquemos los esfuerzos de la reforma hacendaria en buscar cómo recaudar más en los sectores sociales que hasta hoy deben aportar más y no en quienes ya aportan a través de sus empleos y distintas actividades sus impuestos”, resaltó el sacerdote.
Además aclaró que en las escuelas de sostenimiento particular los padres de familia además de las colegiaturas, pagan los libros de texto, sus uniformes y los materiales que sus hijos van a utilizar a lo largo del ciclo escolar.