Nota sobre el fin del mundo
Gigantescos letreros instalados en muchas ciudades anunciaron que el pasado 21 de mayo sería el fin del mundo. "El Día del Juicio está cerca. La Biblia lo garantiza. Clamen a Dios. Jonás 3:8", indica el cartelón colocado por encargo de Harold Camping, un acaudalado empresario estadunidense, en muchas ciudades de diversos países del mundo. Según Tom Evans, miembro de Family Radio, un grupo que difunde mensajes religiosos, "el 21 de mayo es el principio de 153 días de juicio". En esa gran publicidad Camping gastó buena parte de su fortuna. El afirmaba que iba a ocurrir un terremoto mundial, seguido por una lluvia de meteoritos y gigantescos maremotos que harán desaparecer a la humanidad.
La Iglesia católica, en cambio, considera que a partir de la Biblia es imposible determinar cuándo se acabará el mundo. Según los evangelios, el día y la forma como la humanidad llegará a su fin sólo lo sabe Dios. Recordemos el texto del evangelio de San Marcos: “En cuanto a ese día y a la hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, nadie sino el Padre” (Marcos 13, 32). La Palabra de Dios no es para pronosticar ni calendarios, ni fechas fatídicas y menos grandes terremotos. Por ello, a través de los tiempos, siempre han sido infructuosos los intentos de predecir el fin del mundo. Por otra parte, en Sevilla, España, el arqueólogo mexicano Alfredo Barrera aseguró que arqueólogos y epigrafistas coinciden en que en los códices mayas no hay evidencia de una profecía catastrófica para 2012. Y aseguró que el aspecto apocalíptico de las profecías mayas responde en realidad a intereses económicos.
Mons. Salvador Cisneros G.
Parroquia Santa Teresa de Ávila