Trata de ser feliz con lo que tienes
Gentiles y benévolos lectores: reciban un caluroso saludo pascual. Nace de la alegría y del gozo que no le cabe en el pecho a la Iglesia por ver a su Señor resucitado. Se lee que aquella mañana de Pascua fueron las mujeres a ver el sepulcro y lo encontraron vacío. Al comienzo se pusieron tristes, pero cuando vieron vivo al Señor, les cambió todo el panorama. Corrieron a dar aviso a los apóstoles de que lo habían visto. Así también que ustedes vivan su fe, con alegría y optimismo. Que salgan a flote de todas sus dificultades y contrariedades. Que ni las pesadas piedras sean un obstáculo para su felicidad. Porque….. “pa qué tanto brinco estando el campo tan parejo”?. Bueno. Casi todos los días por la mañana un pajarillo se para no lejos de mi ventana y a todo pulmón entona, en todos los diversos tonos hermosas canciones. Tiene un repertorio casi infinito. No se equivoca ni desentona. Y canta, creo, para mí. Y yo pienso: “qué tengo yo, que mi amistad procuras, qué interés se te sigue Jesús mío, que a mi puerta, cubierto de rocío, pasas las noches del invierno oscuras? No logro verlo pero no importa. Yo sé que tiene un hermoso plumaje y una voz privilegiada que cualquier artista envidiaría. Canta como diciéndome: mira qué bonito día, mira el cielo, contempla las nubes o el sol, escucha mi canto. Empieza el día alegre. Entona tú también tu canto cotidiano del trabajo para Dios. Es como si todo volviera a la vida. Es como si me dijera: trabaja, esfuérzate, vive, ama, “trata de ser feliz con lo que tienes, vive la vida intensamente. Gracias pequeña ave, quienquiera que seas. Cantas para quien quiera escucharte. Cantas para Dios. Amigos: cómo les está yendo en las vacaciones? Espero que muy felices. Han sido lo que se llamarían unas vacaciones “pobres”. No importa. San Francisco de Asís diría: “son pocas las cosas que deseo y aún aquellas que deseo, las deseo muy poco”. “Con dinero y sin dinero, hago siempre lo que quiero, y mi palabra es la ley. No tengo trono ni reina, ni nadie que me comprenda, pero sigo siendo el rey”. Gracias a Dios no tenemos el mar tan lejos. “Mare nostrum”. Despierta en nosotros un encanto especial. Lo admiramos y respetamos. Mucho cuidado eh? Ya el estar con la familia es una gran cosa. Jugar, platicar, caminar, correr, compartir, descansar. Podemos ir al parque Morelos o el de la Amistad o simplemente aquí al de la Colonia, a los columpios. O salir al campo que está tan hermoso después de las lluvias. Llevar sus taquitos. Benditas vacaciones, regalo divino. Aunque también podemos aprovechar las vacaciones para hacer otra cosas, como se dice “descansar haciendo adobes”. Que una arregladita al patio, que una pintadita, que si los techos, que si el jardín, que hacer unas compras, en fin. “Nunca falta un roto para un descocido”. Amigos: esta Semana Santa ha sido una experiencia maravillosa para nuestra Parroquia de Santa María Reina de la Paz. Hemos vivido con emoción los misterios de Jesús. La gente se ha portado estupendamente. Yo miraba sus rostros piadosos, atentos, orantes. Expresaban su fe. También vi más de alguno indiferente no crean que no. La comunidad se portó a la altura de las circunstancias: participativa, entusiasta, atenta, cariñosa, amable, bondadosa. Los servidores, mis respetos. Son personas que tienen bien puesta la camiseta. Sirven con generosidad, sin medir esfuerzos y sin buscar aplausos. “Sin pausas pero sin prisas”. Sencillamente. Buscando a Cristo. Siguiéndolo a él. Los cristianos hemos de demostrar con nuestra vida y ante el mundo que Cristo vive y que por su cruz hemos pasado de la muerte a la vida, de las tinieblas a la luz, del pecado a la gracia. Que Dios los bendiga.
Monseñor Eduardo Ackerman Durazo
Parroquia Santa María Reina de la Paz