Mensaje de Beata Teresa de Calcuta para el mundo de Hoy
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente
Como la cierva sedienta busca las corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, mi Dios. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente: ¿Cuándo iré a contemplar el rostro de Dios? Las lágrimas son mi único pan de día y de noche, mientras me preguntan sin cesar: "Dónde está tu Dios? [Salmos 42:2-4]
Los Ciervos que viven o pueden vivir en la estepa, o zonas semi-desiertas, depende su existencia de encontrar corrientes de aguas. Comida pueden encontrar, en un lugar u otro pero agua, es más difícil. Uno puede vivir sin comer muchos días pero sin beber no. Cuando uno tiene una sed, no piensa en otra cosa que buscar saciar su sed. La sed expresa el deseo más grande del corazón humano. “Así mi alma suspira por ti” La palabra hebrea que el texto usa es עָרַג “arág” la cual quiere decir, anhelar, suspirar, desear, jadear de ansia. Dios es el anhelo más grande del ser humano. En el salmo 63 leemos: Dios, tú mi Dios, yo te busco, sed de ti tiene mi alma, en pos de ti languidece mi carne, cual tierra seca, agotada, sin agua. Como cuando en el santuario te veía, al contemplar tu poder y tu gloria, – pues tu amor es mejor que la vida, [Salmos 63:1-3] Aquí este salmo nos presenta otra imagen hermosa, del deseo que el salmista tiene de Dios. Cuando yo era niño, vivía en el campo, en una zona llena de cañadas, arroyos, que en invierno, en la época de las lluvias se llenaban pero en el verano muchos de ellos se secaban. El fondo de esos arroyos, se llena de grietas, como si se abrieran lista para recibir mucha agua. Para llenar esas grietas hacía falta mucha agua, mucha lluvia, si echábamos algo de agua en esas grieta, el agua desaparecía en segundos no dejando rastros. Esa tierra que con el agua estaba llena de vida, vegetal, y animal, con la falta de agua se transforma estéril. Esa es la imagen que el salmista nos quiere mostrar. Así es el hombre sin Dios, estéril, vacío, pero listo para dejarse llenar. “En pos de ti languidece mi carne” Este salmo usa otra palabra para expresar este deseo o anhelo que el hombre tiene de Dios: כָּמַהּ “Kamáj” Esta palabra quiere decir también anhelar, pero es un anhelo, pero este anhelo no es un anhelo cualquiera, es un anhelo tan grande que nos hace desfallecer, languidecer, desmayarnos. El salmista nos hacer ver que el amor de Dios vale más que la vida. ¿Qué cosa más preciada que la vida, pero Dios vale más que la vida? ¿Te sientes realmente satisfecha/o? Honestamente ¿Es realmente nuestro deseo de Dios como el salmista? ¿Por qué?¿Qué es lo que tu más deseas? ¿Qué puedo hacer para desear más a Dios? Oración:Cierra los ojos. Trata de tranquilizar tu corazón. Ponte en la presencia de Dios. Y trata de sentir el vacío de tu corazón. ¿Qué es lo que desea? ¿Realmente, eres feliz con lo que tienes? Quédate en silencio, en la presencia de Dios. ¿Cuando vengan distracciones, piensa, pueden esas cosas satisfacerte, o sólo Dios? Sólo Dios puede, por lo tanto regresa tu pensamiento a Dios el único que puede saciarte, quédate ahí, con El sin pensar mucho, sólo tratando de concentrarte en Dios.
Pbro. Sergio Clavijo M.C.
Parroquia Nuestra Señora de la Confianza
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