Obispo de Roma: “seamos capaces de tener compasión”

Pastoral para la Comunicación.- Al inicio de la tercera semana del mes de julio el Papa Francisco al rezar el Ángelus considero que “la misericordia hacia una vida humana en estado de necesidad es el verdadero rostro del amor”. Por eso, como Dios, “seamos capaces de tener compasión”. Es la clave del buen cristiano, según el Obispo de Roma, pues, “si no sientes compasión frente a una persona necesitada, si tu corazón no se conmueve, significa que algo anda mal”.

Escogiendo a un extranjero, explicó el Papa Jesús quiere superar el prejuicio, demostrando que “incluso uno que no conoce al verdadero Dios y no frecuenta su templo, es capaz de comportarse según su voluntad, sintiendo compasión por el hermano necesitado y socorriéndolo con todos los medios a su alcance”.

El Papa recordó luego que por ese mismo camino, antes que el samaritano, habían pasado un sacerdote y un levita sin detenerse, probablemente para “no contaminarse con su sangre”. La reacción de estas personas, “dedicadas a la adoración de Dios”, fue de anteponer “una regla humana ligada al culto”, a saber, el no contaminarse con la sangre, al “gran mandamiento de Dios”, que, sobre todo, “quiere la misericordia”.

“Ser capaces de tener compasión”: esa es la clave. Esta es nuestra clave. Si no sientes compasión frente a una persona necesitada, si tu corazón no se conmueve, significa que algo anda mal. ¡Está atento, estemos atentos! No nos dejemos llevar por la insensibilidad egoísta. La capacidad de compasión se ha convertido en la piedra de comparación del cristiano, ante la enseñanza de Jesús. Jesús mismo es la compasión del Padre por nosotros. Si vas por la calle y ves a un sin techo tirado allí, y pasas sin siquiera mirarlo tal vez, o si piensas: “Bueno, es el efecto del vino, es un borracho”, pregúntate a ti mismo no si ese hombre está borracho, pregúntate si tu corazón no se ha endurecido, si tu corazón no se ha convertido en hielo”.

 

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