A causa de lo que has dicho, puedes irte: el demonio ha salido de tu hija
Lectura
Marcos 7,24-30.
Después de que Jesús partió de allí, fue a la región de Tiro. Entró en una casa, no quiso que nadie lo supiera, pero no pudo permanecer oculto. Enseguida una mujer cuya hija estaba poseída por un espíritu impuro, oyó hablar de él y fue a postrarse a sus pies. Esta mujer, que era pagana y de origen fenicio, le pidió que expulsara de su hija al demonio. Él le respondió: “Deja que antes se sacien los hijos; no está bien tomar el pan de los hijos para tirárselo a los cachorros”. Pero ella le respondió: “Es verdad, Señor, pero los cachorros, debajo de la mesa, comen las migajas que dejan caer los hijos”. Entonces él le dijo: “A causa de lo que has dicho, puedes irte: el demonio ha salido de tu hija”. Ella regresó a su casa y encontró a la niña acostada en la cama y liberada del demonio.
REFLEXIÓN
Lo grandioso de este relato es que una mujer pagana se presenta como un modelo auténtico de fe y de madurez humana. Ella se abandona completamente en los brazos de aquél que viene de parte de Dios y se declara sin fuerza y limitada.
ORATIO
Oh Dios, todo está invadido por tu aliento y lleno de tu misterio. De ahí derivan las imágenes y los pensamientos sobre lo divino que se encuentran en los pueblos y en los individuos. Esas imágenes y esos pensamientos contienen con frecuencia un profundo significado que toca el corazón y promete salvación, aunque también algo confuso y malo que conduce al error. Por eso, te lo ruego, abre mi corazón al misterio que por doquier da testimonio de ti, protégelo contra los descarríos que nos desvían de él.
Da seguridad a mi conocimiento, de suerte que siempre llame bueno al bien y malo al mal. Ilumina mi espíritu, a fin de que pueda distinguir entre lo que conduce a ti, entre lo que es santo de verdad y lo que de ti desvía, a través del error y del engaño. Amén (R. Guardini, Oraciones teológicas, Ediciones Cristiandad, Madrid 1966).
Mons. Salvador Cisneros
Parroquia Santa Teresa de Ávila