Arzobispo Francisco invita a los Diáconos a servir al cuerpo de Cristo en sus hermanos más necesitados
Tijuana, B.C.- En la Santa Misa de Ordenación Diaconal de los religiosos franciscanos Rubén Darío Meléndez Hinostroza, Elí Absalón Monroy Rodríguez y Jesús Iván Cortés Osorio, que presidió nuestro Arzobispo, Francisco Moreno Barrón, invita a los diáconos a servir al cuerpo de Cristo en sus hermanos más necesitados: los enfermos, los migrantes, los tristes, los que son menos útiles a los ojos del mundo.
Concelebraron con Mons. Moreno Barrón el Reverendo Padre Provincial, Fray Carlos Ramón, y el Vicario Episcopal de la Vida Consagrada, Fray Juan Ignacio Muro.
“Ámense los unos a otros como yo los he amado. La medida con que debemos amarnos los que nos llamamos cristianos católicos es la medida del amor de Jesús por nosotros, que siendo Dios se anonadó y asumió nuestra condición humana en todo, menos en el pecado. Que se entregó hasta la muerte y muerte de cruz por nuestra salvación y que nos amó tanto que no nos dejó una fotografía o un recuerdo de él, sino que se quiso quedar en medio de nosotros a través de su palabra y de una manera muy singular en la Eucaristía, en el pan y en el vino consagrados”, dijo el Arzobispo en la homilía.
Y agregó: “Cuánto nos ama Jesús, cuánto nos sirve Jesús, cuánto se entrega por nosotros para que nosotros también vivamos nuestra vocación al amor en el servicio a los que nos rodean. Estos hermanos nuestros que hoy recibirán el orden del diaconado tienen esta vocación de servicio, como toda persona que viene a este mundo, pero tienen este llamado especial de amar y servir por ser bautizados, amar y servir al estilo de Jesús. Pero ahora que reciben el orden del diaconado podemos afirmar también que este grado del sacerdocio de Cristo, del que van a participar ahora en su sacerdocio ministerial, tiene esa nota dominante del servicio”.
Explicó que podemos asociar la palabra diácono, diaconía con el servicio.
“Queridos failes franciscanos que hoy reciben el diaconado no han de buscarse a ustedes mismos, no han de buscar su propio provecho, no han de buscar aplausos, sobresalir en medio de sus hermanos. Ustedes sobre todo no tienen que tener ningún otro interés en el ejercicio de este ministerio, sino servir al cuerpo de Cristo en sus hermanos que les rodean, a todos, empezando por los que están más cerca de ustedes y de un modo singular a los pobres, a los enfermos, a los tristes, a los migrantes, a los que son menos útiles a los ojos del mundo”.
La Eucaristía se llevó a cabo en el Templo de San Francisco el 26 de febrero a las 12:00 pm.