Arzobispo Francisco: “Un párroco impulsa la vida de las personas y la vida de fe, desde el Evangelio de Cristo”
Tijuana, B.C.- La Santa Misa de toma de posesión del Pbro. Francisco Javier Curley González de la Parroquia Dulce Nombre de María presidió nuestro Arzobispo, Mons. Francisco Moreno Barrón, y concelebraron varios sacerdotes.
“Su párroco, el Padre Francisco Javier, viene a ustedes para impulsar esa vida que ustedes están viviendo como personas, y como personas de fe. La vida es un don, un tesoro que Dios nos ha dado. Y en el bautismo recibimos la nueva y definitiva vida de los hijos de Dios. Por eso su párroco viene para cultivar una relación personal con ustedes, para tratarlos como personas reconociendo su dignidad y para que la vida nueva en Cristo que recibieron en el bautismo cobre fuerzas en ustedes”, dijo durante la homilía Mons. Moreno Barrón.
Explicó que la parroquia es la experiencia constante de puertas abiertas para que muchos entren y todos salgan al encuentro de nuestros hermanos y les lleven su experiencia de relación y vida en Cristo Jesús.
“La parroquia tiene que ser un centro de vida para todos los bautizados y el párroco tiene que dar vida a sus hijos, engendrarlos en la fe. De tal manera que la fe de esta parroquia sea como la fe de la hemorroisa del Evangelio, sea como la fe de Jairo el jefe de la sinagoga”, destacó el Arzobispo.
Y desea que todos sean agradecidos por haber recibido el don de la fe en su bautismo, madurando y creciendo hasta llegar a una fe adulta, de la que nadie los desvía. Y que es hermosa una parroquia donde todos viven unidos en el amor, y que lo más importante que puede hacer el párroco es construir la unidad y ayudarles a crecer en ésta, en el amor, y a madurar su fe y su relación con Cristo.
“Su nuevo párroco va a dar vida en Cristo a ustedes anunciándoles las buenas noticias del Evangelio, que él seguirá guardando en su corazón. Él no les va a predicar su propia palabra. Les va a predicar la palabra del Evangelio”, dijo Mons. Moreno Barrón.
Además mencionó que el párroco les dará vida en Cristo Jesús estando en medio de ellos como el buen pastor para construir puentes y enseñarles a reconciliarse y a perdonarse.
Y los invitó a reflexionar: “¿Qué voy a hacer yo para colaborar en la edificación de una comunidad, de una familia, de una parroquia más linda, más unidad? ¿Qué voy a hacer para apoyar las iniciativas de mi párroco? ¿Qué voy a hacer para que todos juntos vivamos plenamente nuestra vida y nuestra vida de fe?”.
Posteriormente el Padre Francisco Javier hizo su profesión de fe y la renovación de sus promesas sacerdotales.
Al término de la Eucaristía el Arzobispo dio lectura a un reconocimiento al Padre Pedro López Campos, ex párroco, quien dio un mensaje de despedida a sus fieles, quienes le brindaron fuertes y largos aplausos.
También el Padre Francisco Javier dio un mensaje a su nueva comunidad parroquial: “Gracias por querer así a los sacerdotes…pues lo más bello de la parroquia del ministerio es lo ordinario…Gracias por ser el Dulce Nombre de María”. Además agradeció el trabajo sacerdotal del Padre Pedro y su admiración por sus 55 años de ministerio, y el gran amor que le demostró su última parroquia.