Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies
Del santo Evangelio según san Mateo 9, 32-38 Salían ellos todavía, cuando le presentaron un mudo endemoniado. Y expulsado el demonio, rompió a hablar el mudo. Y la gente, admirada, decía: Jamás se vio...