Una palabra acerca del dinero

La sociedad que conoció Jesús era muy diferente a la nuestra. Sólo las familias poderosas podían acumular monedas de oro y plata. Los campesinos apenas podían hacerse con alguna moneda de cobre. Muchos vivían sin dinero, intercambiándose productos en un régimen de pura subsistencia.Jesús habla del dinero con una frecuencia sorprendente. Su vida itinerante de Profeta dedicado a la causa de Dios le permite hablar con total libertad. Su amor a los pobres y su pasión por la justicia lo urgen a defender siempre a los más excluidos.Habla del dinero con un lenguaje muy personal. Lo llama espontáneamente «dinero injusto» o «riquezas injustas». Al parecer, no conoce "dinero limpio".La riqueza de aquellos poderosos es injusta porque ha sido amasada de manera injusta y porque la disfrutan sin compartirla con los pobres y hambrientos.¿Qué pueden hacer quienes poseen estas riquezas injustas? Lucas ha conservado unas palabras curiosas de Jesús: «Yo les digo: Gánense amigos con el dinero injusto para que cuando les falte, los reciban en las moradas eternas».Jesús viene a decir así a los ricos: "Empleen su riqueza injusta en ayudar a los pobres; ganen su amistad compartiendo con ellos los bienes".Sus palabras no fueron bien acogidas. Los fariseos, “amantes de las riquezas, se burlaban de él». No entienden su mensaje. La riqueza la consideran como un signo de que Dios bendice su vida.Pero un seguidor de Jesús no puede hacer cualquier cosa con el dinero: hay un modo de ganar dinero, de gastarlo y de disfrutarlo que es injusto pues olvida a los más pobres. 

Mons. Salvador Cisneros G.

Parroquia Santa Teresa de Ávila 

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