Dos nuevos diáconos en nuestra Arquidiócesis: el regalo de servir en la Iglesia
Pastoral de la Comunicación.-La tradición de la Iglesia ha comprendido el diaconado en la vida de Cristo servidor. Lo mismo apóstoles buscaban con la decisión de elegir, bajo la acción del Espíritu Santo, a siete hombres de buena reputación para encomendarle el servicio de las mesas –diáconos- (cf. Hch 6,1-6) para que el servicio a los pobres no perdiera fuerza y dedicación en el ministerio que Jesús les había confiado. El diácono es ministro de un modo de ser de Cristo, el del servicio. Por esta ordenación, la vida se reviste de los mismos sentimientos de Cristo, que se despoja de su rango y se hizo semejante a los hombres, tomando la condición de esclavo (Fl 2,6ss).
La Arquidiócesis de Tijuana ha celebrado el viernes 01 de febrero del presente la Ordenación Diaconal de los acólitos César López Barrera y Juan Carlos González García, la cual, ha sido conferida por la imposición de manos y plegaría de ordenación, por el Excmo. Sr. Arz. Dn. Francisco Moreno Barrón, en el Santuario de Ntra. Sra. del Sagrado Corazón del Seminario Mayor. Concelebraron un significativo grupo de sacerdotes entre los que estuvieron el equipo formador del Seminario. Además, participaron los seminaristas de diversos cursos, familiares y amigos, grupos de apostolado en favor de las vocaciones sacerdotales.
En su homilía, nuestro Arzobispo Francisco acentúo que en “Cristo servidor se conforma “el ser” del diácono, el ser y hacer en el diaconado han de ir siempre unidos, ambos necesitan fecundarse en el amor a Cristo y en el amor a los pobres. “No lo olvidemos nunca: el ser cristiano, diácono o sacerdote reclama siempre de nosotros el compromiso del servicio, porque esas experiencias sacramentales nos identifican con Cristo”, explico el Arzobispo.
Subrayando que su servicio como diáconos estará centrado en la Eucaristía, en el servicio del altar, especialmente colaborando con el Obispo, sacerdote y comunidad “son servidores del “misterio de la fe, que es misterio de amor y de servicio”, -indico el Arzobispo- Ya que la Eucaristía es expresión del amor entregado y servidor de Jesucristo, por ello adoramos a Cristo en el servicio eucarístico que es el amor.
Nuestra Arquidiócesis y la sociedad con rostro de migrante, el servicio a los pobres, la Palabra y la Eucaristía son las manifestaciones del ministerio del diácono, como se proclamó en la plegaria de ordenación: un estilo de vida evangélica, un amor sincero a Dios y a los hermanos, solicitud por los pobres y enfermos, una autoridad discreta, una pureza sin tacha y una observancia de las obligaciones espirituales, se resaltó en la homilía pronunciada por nuestro Arzobispo Francisco.
Al finalizar los Diáconos Cesar López B. y Juan Carlos González G. agradecieron a sus familias, al Seminario y sus comunidades parroquiales, así como a todos los que han colaborados en diversas formas en su vocación.