En el día de su Onomástico y Cumpleaños, nuestro Arzobispo Francisco: “Estoy en medio de ustedes, buscando responder a la llamada del Señor, con alegría y fidelidad”

Pastoral de la Comunicación

            Tijuana, B.C.- Acompañado de su presbiterio, comunidades religiosas, seminaristas, feligreses y algunos familiares, nuestro Arzobispo Francisco Moreno Barrón, celebró un año más de vida agradeciéndole a Nuestro Señor por el don de la vida el 3 y su onomástico el 4 de octubre, día de San Francisco de Asís, así como su bautismo.

            “Queridos hermanos en Cristo Jesús en la celebración de mi cumpleaños, en la celebración de mi onomástico, San Francisco de Asís, y en esta celebración también en el aniversario de mi bautismo, que celebró cada año el día de mañana, me da mucha alegría celebrar esta Santa Misa con todos ustedes en quienes veo el rosto de esta querida Arquidiócesis de Tijuana”, dijo durante la homilía.

            La Santa Misa, la fiesta de la fe, es la acción de gracias por excelencia, destacó el Arzobispo, y que en la Arquidiócesis han puesto énfasis en descubrir el llamado que nos hace Dios a cada uno de nosotros a través de la Iglesia, porque es Dios quien nos ha elegido.

            “Siempre he visto así mi vocación al sacerdocio, mi servicio episcopal, no como algo que yo haya pedido o que yo haya buscado, sino como un llamado que me ha hecho la Iglesia, Cristo Jesús, primero a través de mi Obispo, y ahora a través de la voluntad del Papa Francisco. Y aquí estoy en medio de ustedes, como ustedes también, buscando responder a la llamada del Señor: con alegría, con fidelidad hasta las últimas consecuencias, porque Jesús nos llama pero nos señala el arranque del camino y Él es impredecible. No sabemos qué va a ir pasando en nuestro seguimiento de Jesús. Y ese es el camino también del cristiano, y ese es el camino del sacerdote: abrazar con amor la cruz de todos los días, crucificarse en ella por amor, morir con Cristo para resucitar con él a una vida nueva”, mencionó Mons. Moreno Barrón.

Además explicó que Jesús a los que se ofrece a seguirlo y a aquellos a quienes invita les presenta 3 condiciones evangélicas para seguirlo:

1.- Tiene que tener un espíritu de desprendimiento porque con Jesús no va a tener ganancias materiales ni éxitos temporales.

2.- Jesús quiere ser el primero antes que la propia familia, pero cuando alguien se consagra al Señor disfruta de su familia más plenamente, y ellos son bendecidos a través de esta respuesta vocacional. Y seguirlo a él supone un desprendimiento total.

3.- La respuesta a Jesús es definitiva, sin titubeos, sin voltear hacia atrás añorando el pasado, sin comparación con otras personas y siempre caminar hacia adelante.

            “Queridos hermanos qué hermoso Evangelio que me compromete a mí a vivir como su obispo en medio de ustedes como servidor, en nombre de Jesús, ayudarles también a ustedes a ser muy felices mis hermanos sacerdotes, consagrados y consagradas, y laicos en su respuesta valiente y generosa a él. Todavía hay quienes piensan que seguir a Jesús es muy difícil y sobre todo que no permite la realización plena de la persona. Y sobre todo hay muchos jóvenes que piensan que seguir a Jesús puede ser enfadoso, aburrido en medio de las ofertas que presenta el mundo”, compartió el Arzobispo.

            Destacó que seguir a Jesús es lo mejor porque él es el camino para que realmente podamos ser inmensamente felices y no nos falte absolutamente nada.

            “Yo ofrezco la Eucaristía por esta querida diócesis para que vayamos juntos construyendo aquí el reino de Dios, para que aquí sigamos haciendo la voluntad del Padre, siempre impulsados por el Espíritu Santo cargando con alegría nuestra cruz, sin tener miedo a la renuncia, aun a la muerte, porque sabemos que después viene la vida, la vida definitiva en el Señor”, enfatizó Mons. Moreno Barrón.

            También compartió que se identifica con Job, quien alababa y bendecía a Dios por todo lo que le había dado. “Bendito sea el nombre del Señor. Si aceptamos de él los bienes cómo no hemos de aceptar de él también los males. Yo quiero ser el Job en mi vida. Y hoy la palabra que se ha proclamado pone en la boca de Job un reconocimiento extraordinario para Dios, sabe quién es Dios verdaderamente, el dueño y Señor de todo lo que existe, nada escapa a su presencia, aquel que es el que verdaderamente decide la marcha de toda la creación. Y ante ese asombro de estar frente a Dios, conociendo su pequeñez Job exclama lo único que me queda es suplicar misericordia”, comentó el Arzobispo.

            Añadió: “Yo quisiera que esa fuera mi plegaria hoy en este día tan significativo y que me ayuden a elevar esa plegaria: ´lo único que le pido al Señor, lo único que busco es que él me muestre su rostro misericordioso´, para que yo pueda reflejar, hacer presente en medio de ustedes esta ternura, este amor, esta misericordia de Dios para con todos nosotros”.

            Finalmente invitó a reflexionar sobre  el propio proceso vocacional ¿cómo me encuentro en este momento frente a Jesús, si le estoy poniendo condiciones o estoy totalmente entregado a él en mi vocación particular como soltero, como casado, como seminarista, sacerdote y obispo?

            Pidiendo las gracias para ser fieles ya que “en la fidelidad encontraremos nuestra auténtica felicidad”. La Eucaristía se llevó a cabo el miércoles 3 de octubre a las 12:00 p.m. en el Seminario Menor.

 

 

 

 

 

 

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