En el Día Internacional de la Paz: destacamos el Mensaje de los Obispos de México, al inicio del año 2020
“A nombre de la Iglesia en México afirmamos que no caminaremos bajo el sendero de la violencia y de la guerra, que la historia juzgará con vergüenza, a sabiendas de que un hermano levantó la mano contra su hermano”.
Pastoral para la Comunicación. – Como cada año, el 21 de septiembre, se celebra el Día Internacional de la Paz en todo el mundo. La Asamblea General de la ONU ha declarado esta fecha como el día dedicado al fortalecimiento de los ideales de paz, a través de la observación de 24 horas de no violencia y alto el fuego.
En este contexto subrayamos la actualidad del mensaje de los Obispo de México al inicio del año 2020, (8 enero 2020) bajo el título “No a la guerra ni a la violencia”. En el que destacaban lo siguiente:
1.-Todos somos testigos de la delicada situación de incertidumbre y violencia que vivimos a nivel nacional e internacional (…) Nuestra familia humana sigue cargando vestigios de la guerra y los conflictos entre las naciones.
2.-Los obispos de México hacemos un llamado para detener la violencia provocada por la intolerancia de ideas y la lucha de intereses de unos contra otros. Como nos menciona el Papa Francisco en su mensaje para esta 53 Jornada Mundial de la Paz: “La guerra se nutre de la perversión de las relaciones, de las ambiciones hegemónicas, de los abusos de poder, del miedo al otro y la diferencia vista como un obstáculo”.
3.-Como pastores no podemos permitir la decadencia de la esperanza ante la obscuridad de la guerra y los conflictos, debemos siempre pronunciarnos para que la humanidad y las naciones ejerzan su derecho al diálogo honesto y al noble ejercicio de la diplomacia, como los métodos que salvaguardan la integridad y la dignidad de individuos.
4.-Hoy en día no podemos seguir aceptando, mucho menos promoviendo discursos políticos que polaricen a la humanidad o que inciten a la violencia. La guerra representa siempre una derrota para la humanidad.
5.-La paz siempre será un horizonte alcanzable para todos, basándonos en el derecho internacional, la solidaridad entre los Pueblos, y en el respeto de cada semejante y de nuestra Casa Común.