Entender a Los Reyes Magos
Hay quien se empeña en que el 6 de enero sea simple fiesta de los Reyes Magos con muchas cartas, zapatos, regalos, e ilusiones infantiles Y en estas circunstancias corremos el peligro de que la fiesta que celebramos tenga poco que ver con la epifanía del Señor, que es la solemnidad litúrgica propia, y cuyo significado es el de "manifestación de Dios". No es bueno quedarse en manifestar simplemente por carta deseos de regalos gratuitos, que pagan otros. Cuando los niños piden tantas cosas aparentemente inútiles a ojos
utilitaristas, los adultos no nos atrevemos a pedir lo que de verdad deseamos o necesitamos. Y quizás no lo pedimos porque pensamos que lo tenemos que pagar o porque precisa de nuestro propio esfuerzo. Epifanía y Magos significan una llamada y una respuesta.
A los jefes de las naciones lejanas Dios les manifiesta la llegada del verdadero Rey y los conduce por medio de una estrella hasta los pies de Jesús. Los Magos como respuesta emprenden un largo viaje para testimoniar su total y sincera sumisión. Sorprende siempre contemplar a los Magos, sabios en las ciencias del mundo, postrados ante un niño igual a los otros en la apariencia externa, pero que ellos descubren como Príncipe y Maestro de la sabiduría.
Por eso los Reyes Magos, nos enseñan que la fe no es una ideología, sino una actitud de búsqueda sincera, que exige abandonar las comodidades domésticas del propio pensar, para recorrer los caminos desconcertantes que llevan a Dios, que se manifiesta en la sencillez maravillosa de un recién nacido. Encontraron a Dios hecho carne de hombre, no encontraron a un ídolo fabricado. Por eso abrieron ante él sus tesoros y su corazón.
Mons. Salvador Cisneros G.
Parroquia Santa Teresa de Ávila