Notre-Dame: “el fuego destruye maderas, pero nunca la memoria de fe, belleza y arte”

Pastoral para la Comunicación.- El recinto que ha albergado variadas experiencias de éxtasis, de belleza, arte y espiritualidad, conjugadas con numerosas historias de fe, el mismo recinto donde la noche de Navidad de 1886, Paul Claudel, diplomático y poeta francés experimentara en la Catedral de Notre Dame una poderosa certidumbre que le llevará a abrazar la fe católica, recientemente ha sido presa del fuego, un recinto que alberga más de ocho siglos de historia y uno de los monumentos más emblemáticos de la capital parisina.

La circulación de imágenes y contenidos no se han hecho esperar en las redes sociales y en las notas internacionales. El fuego que ha devastado espacios como el techo y la aguja del edificio de la Catedral de Notre-Dame, de la obra gótico considerada Patrimonio de la Humanidad, como lo expresan las notas recientes “Notre-Dame era, y sigue siendo, uno de los enclaves más importantes de la cristiandad, uno de los centros neurálgicos en los que se palpan las raíces cristianas de Europa…” El incendio como se puede observar en los materiales subidos a las plataformas digitales consume a su paso la materia de tan importante obra, pero no podrá destruir la memoria de fe, belleza y arte que albergan las entrañas de tan sublime Catedral.

 

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