Obispos de México: impulsan Proyecto Global de Pastoral 2031+2033 y centran su atención en: jóvenes, protección de menores, formación del clero y migrantes

Mensaje al Pueblo de Dios

“Reconocieron a Jesús en el momento de partir el pan”
(Lc 24,35)

Los Obispos de México, reunidos en la CVII Asamblea Plenaria en este tiempo de Pascua, con la mirada puesta en Jesucristo Redentor y en Santa María de Guadalupe, nos acercamos con amor y respeto a las llagas de nuestro pueblo, para compartirle el pan de la Palabra, de la Eucaristía, de la esperanza, de la dignidad humana y de la paz, que nos ofrece Jesús Resucitado. Estamos en apuros, pero no desesperanzados.

Hacemos nuestras las angustias del país, que sigue sufriendo violencia, inseguridad, pobreza, inequidad, incertidumbre política, deterioro ambiental y desigualdad social. Al mismo tiempo, nos alienta la esperanza de un cambio integral a partir de nuestra fe, de la familia y de una educación con valores humanos y cristianos.

Inspirados por nuestro Proyecto Global de Pastoral 2031+2033, que estamos implementando progresivamente, centramos nuestra atención en cuatro ejes temáticos: jóvenes, protección de menores, formación del clero y migrantes, sobre los cuales compartimos lo siguiente:

Jóvenes: Jesús es el eterno joven y fuente de juventud permanente. Es lo mejor que tenemos para ofrecer a los jóvenes que sufren soledad, falta de oportunidades, abandono, incomprensión y que, por ello, suelen buscar falsas puertas de salida como el suicidio, las drogas, el alcohol y ser presa fácil de grupos delincuenciales. Queremos ofrecerles nuestro acompañamiento cercano y brindarles los espacios necesarios, para que ellos sean los protagonistas del rejuvenecimiento de la sociedad y de la Iglesia.

Protección de menores: Jesús se hizo niño y condenó enérgicamente cualquier abuso contra las niñas y los niños. Conscientes de los agravios cometidos contra ellos en diversos ambientes familiares y sociales, por nuestra parte, hemos pedido y seguiremos pidiendo perdón. No le restamos gravedad al delito y hemos implementado diversas medidas, para evitar cualquier abuso y para protegerlos, medidas que seguiremos actualizando.

Formación del clero: Jesús es el Sumo Sacerdote y dedicó sus mejores tiempos a la formación de sus apóstoles. Valoramos y agradecemos el testimonio silencioso de tantos sacerdotes, que diariamente desgastan su vida en el servicio al pueblo de Dios, y la entrega pastoral de los formadores en los Seminarios. Queremos esforzarnos por ser padres y hermanos con ellos y acompañarlos en su formación inicial y permanente ante los desafíos del cambio de época.

Migrantes: Jesús vivió la experiencia dolorosa de los migrantes y nos dijo que todo lo que hagamos o dejemos de hacer por ellos lo hacemos o lo dejamos de hacer por Él. El fenómeno migratorio ha sido constante y generado por diferentes factores. Pero hoy, ante las caravanas masivas y constantes de hermanos que huyen de la miseria y de la inseguridad, reiteramos nuestra actitud de Iglesia samaritana, preocupada en la medida de lo posible de aliviar el dolor de los verdaderos migrantes y, al mismo tiempo, esperamos una política migratoria sin ambigüedades ni ingenuidad, en pleno respeto de los derechos humanos.

Ante estos retos, invitamos a todo el Pueblo de Dios a partir y compartir el pan de su propia vida ante los que sufren, asumiendo estas opciones que consideramos prioritarias, para que, en Cristo, nuestra paz, México sea una expresión visible del amor de Dios Padre.

Con júbilo celebramos la beatificación de Concepción Cabrera de Armida, ejemplo de mujer, esposa, madre y apóstol.

Pedimos a Cristo Resucitado que, al igual que a los discípulos de Emaús, nos abra los ojos para acompañar pastoralmente los desafíos que estamos viviendo, con la certeza de que Él vive y nos acompaña. Que el Espíritu Santo haga fecundos estos esfuerzos, para que seamos una Iglesia con entrañas maternas, a ejemplo de Nuestra Madre de Guadalupe.

 

Lago de Guadalupe, Cuautitlán Izcalli, a 2 de mayo del 2019

 

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