El Día del Padre

“Mientras estoy hablando hay un niño que se está muriendo de hambre…… Entonces cállate” (anónimo). Estimados amigos lectores: fiel a la cita dominical me hago presente, tratando de llevarles algún comentario que pueda ayudarnos a todos a crecer en la fe. No me olvido de enviarles un saludo deseándoles cosas buenas. He aquí una bonita oración: “Oh Señor, dame el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar, dame la paciencia para aceptar las cosas que no puedo cambiar y la sabiduría para conocer la diferencia”. Después de este itinerario tan interesante que nos ha llevado a través de los tiempos fuertes como son el tiempo de Adviento, el tiempo de Navidad, un tramo de tiempo ordinario, luego el tiempo de cuaresma y finalmente el tiempo pascual, ahora estamos entrando  en el tramo más largo del llamado “tiempo ordinario”, el cual nos conducirá  nuevamente hasta el tiempo de Adviento allá por el mes de noviembre. Este tiempo “ordinario” nos permitirá leer, escuchar, meditar algunos aspectos, matices digamos  de nuestra vida cristiana que quizás pasan un tanto olvidados en los llamados “tiempos fuertes”.  Podremos quizás entender mejor que la vida cristiana es una vida de constancia, de perseverancia y de fidelidad del día a día, hoy y mañana también. Se trata de una vereda que no se puede abandonar a riesgo de perderse. No sólo eso. Podremos asomarnos de manera más cercana a las luminosas vidas de los santos que están puestos ahí como ejemplos, estímulos y alicientes  a vivir la fe en serio, como ellos la vivieron. Con todo tendremos algunas festividades muy elocuentes tales como la fiesta de la Santísima Trinidad, el Corpus y la Fiesta del Sagrado Corazón. Por cierto conviene no olvidar que este año vamos a celebrar aquí en Tijuana el  V Congreso  Eucarístico Nacional a llevarse a cabo en el mes de octubre, más exactamente del 5 al 9 de octubre.  El tema general es: “la eucaristía, mesa fraterna para la reconciliación y la paz”. Y el lema: “denles ustedes de comer”. El “logotipo” que se elaboró está cargado de simbolismos. Es una mano ligeramente acunada. Los dedos expresan a los fieles unidos.  Está representado el Espíritu Santo en forma de paloma y sostiene una hostia.  Se compuso para la ocasión un himno que ya se está escuchando. Pero antes del Nacional tendremos el Congreso Diocesano que será ya este sábado 25 en muchos templos o lugares.  Las parroquias del primer Decanato al que pertenecemos nos reuniremos por la tarde en el Campo de la ACJM por la Calle H e Internacional para esta ceremonia. En la fiesta de la Santísima Trinidad, advocación que conocemos también como la Divina Providencia, los fieles podrán llevarse a casa el pensamiento del misterio central de nuestra fe. Esa invocación triple nos la dijeron el día en que recibimos el bautismo. La  repetimos durante la misa. Las mamás la enseñaron a sus pequeños al tiempo que les trazaban la señal de la cruz. Y lo siguen haciendo tan tanta frecuencia cuando los bendicen. San Agustín dijo esta frase afortunada: “son tres: el amor, el amado y el amante”. Se refería al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en ese orden. No me olvido que este domingo 19 se celebra el día del padre. Hablamos del jefe de la casa, de aquel que con sabiduría y prudencia, con fortaleza y paciencia guía, dirige y conduce ese regalo hermoso que es la familia. Ha de tener los ojos abiertos para advertir también de los peligros que pueden asecharla, los oídos atentos a las voces de la esposa y de los hijos, la mente, la conciencia, el espíritu, el corazón,  bien metidos en ese tesoro que hay que cuidar con todo esmero.  Ha de tener la mano firme y suave sobre el timón de la barca para conducirla a través del mar no siempre tranquilo de la vida. Felicidades papás! Que Dios los bendiga.

Mons. Eduardo Ackerman Durazo

Parroquia Santa María Reina de la Paz

eduardoackerman@yahoo.com.mx

 

 

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