Dios ha visitado a su Pueblo

Martes 14 de septiembre 

Evangelio: Lucas: 7: 11-17 

En seguida, Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud.  Justamente cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda, y mucha gente del lugar la acompañaba.  Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: «No llores». Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron y Jesús dijo: «Joven, yo te lo ordeno, levántate». El muerto se incorporó y empezó a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre.  Todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo: «Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo». El rumor de lo que Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina. 

 

ORATIO

Oh Padre, tú eres compasión infinita. En tu Hijo, Jesús, Señor de la historia, consolaste a la madre viuda con la resurrección de su hijo, antes incluso de que tuviera la fe y la voz para pedírtelo. Concédenos una confianza tal en tu Palabra que nos enseñe a prevenir las peticiones de los dolores más grandes de la vida; para que nuestras respuestas de vida, en vez de pertenecer sólo al orden de las palabras, se muestren eficaces en la solución de los problemas más graves de los hermanos. Y que sean portadoras de liberación evangélica de las opresiones y de las violencias de muerte. 

 

Mons. Salvador Cisneros

Parroquia Santa Teresa de Ávila

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