Repercusiones de la Resurrección de Cristo

“No sólo dogmáticas sino también morales y sociales”

 

El domingo pasado celebrábamos la Pascua todos los cristianos católicos y entramos en la cincuentena pascual que concluirá con la solemnidad de Pentecostés. Definitivamente la pascua de resurrección de Jesús de Nazareth nos llena de esperanza y nos inflama en la caridad para poder hacer de nuestra vida una realidad nueva. De hecho la resurrección de Cristo hace que nuestra vida tome una seriedad radical. ¡O vivo según la carne o vivo según el espíritu! No hay más.

En este sentido la resurrección de Jesús tiene *repercusiones* no sólo teológicas o dogmáticas, sino también sociales y morales. La vida de la fe no se puede dejar sólo al ámbito SACRAMENTAL, pero tampoco se puede decir que la fe esté excluida de la esfera privada o familiar. Por eso me parece oportuno resaltar el carácter moral de la vida de fe en Cristo Resucitado.

Si yo creo en la resurrección de mi cuerpo, no puedo dejarme engañar en decir que nada tiene que ver lo religioso con la vida sexual o moral. Hay una dislexia entre el concepto de fe de algunos escritores y las acciones de cada ser humano. Hace poco Jorge Ramos de *Univisión*, periodista mexicano, radicado en los Estados Unidos, afirmó, respecto a la visita del Papa Benedicto a México, como escandalizado por la postura de la Iglesia en cuestiones ético sexuales, que: “*Me parece increíble cuando líderes religiosos se quieren meter en la vida privada de los otros.”*

Refiriéndose a la cuestión de la oposición del Papa al matrimonio de personas del mismo sexo en Estados Unidos.

Que increíble que no sepa el Sr. Jorge Ramos que el Papa no es que se meta en la vida de otros sino que nosotros como criaturas, ya estamos metidos en Cristo Jesús, insertos en su vida ante el Padre y nadie se escapa de esta realidad, pues hemos sido creados a imagen del HIJO de Dios, y Cristo resucitado hace que nuestras vidas ya no se dejen impregnar por las modas del momento o las tendencias del internet o de los antojos de unos cuantos periodistas, sino por el Evangelio y que la fe toca lo más profundo de cada persona, aún en su vida sexual, matrimonial, social, política etc.

Cito al Sr. Ramos: “*Benedicto XVI le pidió hace poco a los obispos norteamericanos que lucharan en contra de “las poderosas corrientes políticas y culturales que buscan alterar la definición legal del matrimonio. Para él y los obispos de la curia romana (que nunca se han casado), la única definición de matrimonio es entre un hombre y una mujer. No se han dado cuenta que la realidad los rebasó hace mucho” (dice Ramos).*

En primer lugar no creo que uno tenga que estar casado para entender que el matrimonio deba ser entre hombre y mujer, lo demás es pura vacilada; nadie que tenga un poco de cerebro puede aceptar un matrimonio entres dos del mismo sexo, a lo mucho son uniones de facto, pero no matrimonio (por favor); segundo, nunca estaré de acuerdo en decir que para entender una situación tenga que vivirla en carne propia; ¿a poco el Sr. Ramos conoce los matrimonios de homosexuales tan bien como para hablar de ello?; ¿no sé?, a lo mejor!

 

Por ejemplo yo, como sacerdote no debo drogarme para poder entender y platicar con un drogadicto. Utiliza equivocadamente la lógica elemental. Creo que la voz de un simple periodista no debe quitar la atención en lo siguiente: Es más fácil para los enemigos de la Fe católica y que están a favor de la promiscuidad y del libertinaje, para quedar bien con algunos grupos, que seguir los principios de una fe que toca todas las fibras de la vida de todos los días, nos guste o no.

En fin cada quien hace lo que le dicte su conciencia pero no significa que esté bien todo lo que se haga, moralmente hablando. *Si la fe no incide en la vida moral*, entonces no es fe sino una mera costumbre superficial que adorna la vida social y de la cual estamos hartos que se viva por tantos católicos. Católicos de puras celebraciones de bodas y funerales.

Así que el que escucha la Palabra de Dios y no la pone en práctica no sirve de nada.

 

Por Padre Jorge Echegollén Flores

Subcoordinador del Proyecto Nueva Catedral

y Vicario de la P. Nuestra Señora de Guadalupe, zona río

 

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