“Los pacientes son mucho más que un protocolo” cercanía y confianza: Papa Francisco
Pastoral para la Comunicación.-Recientemente el Papa Francisco en este mes de septiembre 2020, recibió a los participantes en el Congreso Mundial de ginecología oncológica (International Gynecologic Cancer Society) en el Vaticano. En su mensaje destacó la importancia de la atención integral, aquella de las relaciones entre profesionales de la salud, pacientes y familiares, y, en particular, la de considerar la dimensión humana una parte “integral”.
El Obispo de Roma animó a considerar estas dimensiones de la atención integral, considerando que “el paciente es más que el protocolo en que se enmarca” al indicar que la persona enferma “es siempre y mucho más que el protocolo en el que se enmarca clínicamente”, el Pontífice constató el hecho de que, cuando el enfermo “ve reconocida su singularidad”, la confianza en el equipo médico y un horizonte positivo aumenta aún más. Y por ello manifestó su deseo de que esto no siga siendo sólo “la expresión de un ideal, sino que encuentre cada vez más espacio y reconocimiento dentro de los sistemas de salud”.
“A menudo se afirma, con razón, que la relación, el encuentro con el personal sanitario, forma parte de la atención. ¡Qué gran beneficio ofrece a los enfermos tener la oportunidad de abrir sus corazones libremente y confiar en su condición y situación! También, la posibilidad de llorar con confianza: esto abre horizontes y ayuda a la curación. O por lo menos, a sobrellevar bien la enfermedad terminal”.
Por otra parte, afirmó que no debe permitirse “que la economía entre en el mundo de la sanidad con tanta fuerza que penalice aspectos esenciales como la relación con los enfermos”. Y elogió las diversas asociaciones sin fines de lucro que “colocan a los pacientes en el centro, apoyando sus necesidades y preguntas legítimas y dando también voz a quienes, debido a la fragilidad de su condición personal, económica y social, no pueden hacerse oír.”
Finalmente, anotó que la condición de la enfermedad nos recuerda aspectos de la vida que a veces olvidamos, como la precariedad de nuestra existencia, la necesidad de los demás, la insensatez de vivir enfocados sólo en nosotros mismos, la realidad de la muerte como parte de la vida misma. Y subrayó: La condición de la enfermedad recuerda esa actitud decisiva para el ser humano que es confiarse: confiarse al otro hermano y hermana, y al Otro con mayúscula que es nuestro Padre celestial. También recuerda el valor de la cercanía, del hacerse prójimo, como nos enseña Jesús en la parábola del buen samaritano (cf. Lc 10,25-37).