Las apariciones de la Virgen de Fátima y la canonización de la Madre Lupita
Tijuana, B. C.- La festividad de la Virgen de Fátima se festeja hoy en todo el mundo católico.
“Hoy es 13 de mayo día en que se apareció en Cova de Iría la Santísima Virgen, allá en Fátima. Es un aniversario más muy cerca del centenario”, dijo el Excelentísimo Señor Arzobispo Don Rafael Romo Muñoz.
Relató que fue en 1917 que se apareció la Virgen a tres niños: Lucía, Francisco y Jacinta.
Los hermanos Francisco y Jacinta murieron 2 años después de las apariciones y la Iglesia ya los declaró beatos, mientras que su prima Lucía dedicó su vida a la oración como religiosa, y hace pocos años falleció.
“Yo imagino que la vida (de Lucía) fue realmente de testimonio porque fue beneficiada y privilegiada por las apariciones de la Virgen. Ella ya siendo adulta ingresó a una comunidad de vida religiosa…Yo supongo que al contemplar ella a sus primos, que ya están en los altares, soñaría también en la posibilidad de llegar a la salvación, posiblemente a los altares”, mencionó el Arzobispo.
También dijo que el domingo 11 de mayo el Papa Francisco canonizó a una santa mexicana: la Madre Lupita García Zavala, quien obtuvo el milagro que Dios hace a través de sus elegidos, lo que permite ser modelo de vida para todos nosotros.
Monseñor Romo Muñoz destacó que la Madre Lupita fundó la congregación Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres, la cual se encuentra una representación en la Arquidiócesis de Tijuana: unas religiosas atienden la Casa del Anciano Juan Pablo II en La Gloria y otras el Centro de Promoción de Salud Esperanza en la Colonia Nueva Aurora.
“Los santos son aquellas personas que se han identificado de tal manera con Cristo que han llegado a tal amistad con Dios, que evidentemente el amor por Dios y por nosotros los seres humanos llega a su culmen”, enfatizó Monseñor Romo Muñoz.
Enumeró tres aspectos del amor de Dios:
1.- El fundamental y que ya es vida de santidad: ama a tu prójimo como a ti mismo;
2.- El segundo que ya es de una mayor altura: amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón. No hay nada que pueda sobreponerse al Señor, es decir, ama a Dios por sobre todas las cosas.
3.- Y el tercero que es la sublimidad donde se mueven realmente los santos: ama a tus hermanos con el amor con que yo (Dios) te he amado.
“Y sabemos cuál es el precio de esto, la cruz. Jesús muere por nosotros y nos dice ama a tu prójimo como yo te he amado. De hecho es el último de los mandamientos que nos deja como testamento Jesús: que se amen los uno a los otros como yo los he amado”, dijo el Arzobispo.
13 de mayo: Nuestra Señora de Fátima
Un día como hoy, pero de 1917, la Santísima Virgen María, Madre de Dios, como mensajera del amor divino, presentándose como Nuestra Señora del Rosario, se apareció seis veces en Fátima, Portugal a tres pastorcitos: Lucía, Francisco y Jacinta.
La Virgen comunicó a los niños un secreto en tres partes: Las dos primeras, con una visión del infierno, nos invita a evitar terminar en él, frecuentando los sacramentos de la Eucaristía y la Confesión, y practicando la devoción al Corazón Inmaculado de María a través del rezo del Santo Rosario. También anunciaba que, si la humanidad seguía por donde iba, se desataría la 2ª guerra mundial y que Rusia, adhiriéndose al totalitarismo comunista, provocaría grandes daños.
La tercera parte del secreto se hizo pública en el año 2000 por disposición del Papa Juan Pablo II, con una interpretación de la Congregación para la Doctrina de la Fe, confirmada por Sor Lucía. La visión que tuvieron los niños en Fátima no es una especie de película sobre el futuro fijado de forma irremediable, sino una invitación a tomar conciencia de lo que podría pasar si seguimos por el camino equivocado, y así decidirnos a corregirnos a tiempo eligiendo el bien.
La Montaña y la ciudad simbolizan la historia humana en su ascenso a la unidad y al progreso, en medio de peligros y amenazas. La Cruz en la cima recuerda que Cristo es meta y punto de orientación; el Obispo vestido de blanco que camina sufriendo con otras personas, simboliza el dolor de los testigos de la fe del siglo XX, guiados por los Papas; la visión del Papa que es muerto anunciaba el atentado del que fue víctima Juan Pablo II el 13 de mayo de 1981, y del que él mismo afirmó: “Fue una mano materna a guiar la trayectoria de la bala y el Papa agonizante se paró en el umbral de la muerte” (13 de mayo de 1994). Esto prueba una vez más que no existe un destino inmutable, y que la fe y la oración pueden influir en la historia, ya que son más poderosas que las balas y las divisiones.
Lo que es vigente del “tercer secreto” es la exhortación que nos hace la Madre de Dios a la oración, a la penitencia y a la conversión. Jesús nos ha dicho: "en el mundo padecerán tribulaciones, pero tengan confianza; yo he vencido al mundo" (Jn 16,33). El mensaje de la Santísima Virgen María en Fátima nos invita a confiar en esta promesa.
+Eugenio Lira Rugarcía
Obispo Auxiliar de Puebla
Secretario General de la CEM