Adoración Eucarística en campamento de migrantes en México en la frontera de México
Pastoral para la Comunicación. – En información de Prensa CELAM, se dio a conocer que más de mil migrantes salvadoreños, cubanos, guatemaltecos, hondureños y mexicanos acampan en el puente Nuevo Internacional en la ciudad mexicana de Matamoros, Tamaulipas.
Esperan una respuesta favorable por parte de las autoridades americanas que les permita alcanzar el estatus legal de asilados en Estados Unidos. Su objetivo es reconstruir su proyecto de vida luego de huir de sus países de origen al enfrentar graves problemáticas económicas y sociales; sin embargo, no siempre obtienen una respuesta favorable del gobierno americano.
Como parte de las acciones de la Iglesia mexicana a favor de estas familias, el Seminario Diocesano de Matamoros lideró una jornada de acompañamiento espiritual que convocó a los residentes del campamento de migrantes a participar en un espacio de adoración Eucarística y celebración de la Santa Misa.
«Hoy, Jesús Eucaristía, acampó en medio de ellos. Hoy, Dios nos llevó a ese lugar para visitar a tantos migrantes. Dios se hizo presente en esos hermosos niños y niñas que con alegría le alababan«. Fueron las palabras del rector del centro de formación; Padre Felipe Manuel Arteaga al hablar de la impotencia y desesperación que viven estas personas y como la oración les ayuda a vivir de otra manera lo que para cualquier persona es un drama de dolor y soledad.
En esta línea el consagrado explicó que han apostado por ser un seminario en salida, porque la misión es algo que el Espíritu provoca e impulsa a salir. Al mismo tiempo invitó a seguir orando y trabajando por tantos migrantes y deportados que se hallan necesitados de consuelo y esperanza.
Sin olvidar que es parte de muestra misión como creyentes contribuir para que logren una mejor calidad de vida, teniendo fe en que Dios les permitirá reunirse con sus familias.
«Hemos ido al encuentro de nuestros hermanos migrantes para pedir a Dios que les ayude, proteja, defienda y los haga llegar con bien a su destino. Y así revelar la inagotable energía humanizadora de Jesús. Deseamos configurarnos con Jesús, siervo. Teniendo un corazón sensible, un corazón misericordioso para defender, trabajar y orar por los migrantes y más necesitados de la sociedad. Servir siempre a los más desfavorecidos.
La ciudad de Matamoros está situada en la frontera con la localidad de Brownsville en el estado de Texas y a diario recibe decenas de migrantes que la Iglesia acompaña y consuela de forma permanente.
Un testimonio
El Padre Felipe Manuel Arteaga, rector del Seminario Diocesano de Matamoros, Tamaulipas narró su experiencia en el campo de migrantes:
«Nuestra Bendita Casa de Formación tuvo la bendición de ir con Jesús Eucaristía quien deseaba acampar con los migrantes para ser fortaleza y consuelo, para ser descanso y reposo; sobretodo, para inundar de esperanza, paz, armonía y serenidad a los niños y niñas, hombre y mujeres migrantes que buscando mejores condiciones de vida salen de su tierra natal exponiéndose a grandes peligros en su travesía.
Y en respuesta a lo que anhelamos en nuestros itinerarios formativos en el Seminario Diocesano de Matamoros ‘San José’, formar hombres muy humanos y a partir de ahí, hombres de Dios. Hemos apostado por ser un ‘Seminario en salida’, porque la misión es algo que el Espíritu provoca y nos impulsa a salir, salir, siempre salir.
Queremos vivir nuestra formación sacerdotal con ese horizonte apostólico, impregnado de escucha, discernimiento y misión, para llevar ya desde ahora, en cada una de nuestras etapas formativas la alegría del Evangelio. El Seminario de Matamoros es destino de misión, de ir en búsqueda y al encuentro de los demás.
Deseamos configurarnos con Jesús, buen pastor. Acogiendo con amor de pastor a todos los migrantes. Teniendo el coraje y la fuerza de espíritu para servir con un impulso renovador y así, hacer del Evangelio un auténtico seguimiento al Cristo pobre».