Adviento, tiempo de camino hacia el encuentro con el Señor
El deseo de un camino de Adviento fecundo junto con el recuerdo de la solemnidad de la Inmaculada Concepción que se celebra mañana, 8 de diciembre, han sido el hilo conductor de los saludos del Papa a los fieles y peregrinos de diversos países presentes en el Aula Pablo VI durante la audiencia general de los miércoles.
Así, entre los de lengua alemana el Santo Padre saludó en particular a los miembros y amigos del movimiento de Schönstatt y a los procedentes de Lagundo y Bolzano. Entre los de habla portuguesa a los jóvenes procedentes de Lisboa, a los que recordó al igual que a los polacos que María nos consuela en las pruebas y tiene abierto el horizonte de la esperanza. También se dirigió a los peregrinos de habla francesa, en especial al Colegio Saint-Régis-Saint Michel, de Le Puy en Velay y a los miembros del Servicio de perfeccionamiento de las homilías, y entre los de lengua árabe al grupo de sacerdotes iraquíes que prestan servicio en Europa.
Francisco dio por último una cordial bienvenida a los peregrinos de lengua italiana, entre los que se encontraban las Misioneras de la Caridad, la Comunidad Amor y Libertad, la Asociación de afásicos de la región de Apulia y los artistas de la XXIV edición del Concierto de Navidad promovido por la Fundación “Don Bosco en el mundo”, invitando a todos a cultivar en cada circunstancia de la vida la virtud teologal de la esperanza, don de Dios, que no deja nunca de consolar a su pueblo con su ternura.
“Dirijo un saludo particular a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados –dijo- El tiempo litúrgico de Adviento es una ocasión de gracia particular para reflexionar sobre nuestro camino al encuentro del Señor. Que la Virgen María de la que celebramos mañana la Inmaculada Concepción sea el modelo para la preparación interior a la Navidad, de modo que el corazón de cada uno se convierta en la cuna que acoge al Hijo de Dios, rostro de la misericordia del Padre, con la escucha de su palabra, las obras de caridad fraternal y la oración”.