Pongamos en las manos de Dios nuestros buenos propósitos
“Eneritos” amigos lectores: los saludo con cariño al despuntar el año nuevo. Hemos amanecido a Dios gracias. Pellisquémonos. Estamos vivos. Llegamos al 2011. Bendito Dios. Atrás dejamos una década. “Haiga sido como haiga sido”. O como cantaría José José: “ya lo pasado pasado…… no me interesa”. Pongamos en las manos de Dios nuestros buenos propósitos. Para empezar aquí va una bendición arropada por mis mejores deseos: “Que el Señor los bendiga y los proteja, haga resplandecer su rostro sobre ustedes y les conceda su favor. Que el Señor los mire con benevolencia y les conceda su paz”. Está tomada del libro de los Números y el padre Rayito con su característico buen humor la ha hecho suya y la imparte a diestra y siniestra, a tiempo y destiempo, de día o de noche. La llama seis veintidós (algo así como la AK 42). Si quieren saber porqué, pregúntenle. La Virgen María, la “teotókos”, nos ha estado esperando dispuesta a acompañarnos todo este año como una buena madre. Los (reyes) magos venidos de Oriente Melchor, Gaspar, y Balthazar con sus camellos y dromedarios, con sus atuendos orientales, al estilo de las “mil y una noche”, siguiendo una estrella, llegan para adorar al niño. Simbolizan la búsqueda afanosa de Dios por parte de tantos millones de hombres y mujeres a lo largo de la historia, “para que te encuentre el que te busque”. Pues bien….se abre ante nosotros una gran incógnita, un interrogante. ¿Qué será de mí?……..(¿de nosotros este año? Yo no les creo a esos brujos, agoreros, engañabobos quesque pronostican, quesque leen en una bola de cristal nuestro destino. Yo prefiero decir con el poeta: “yo fui el arquitecto de mi propio destino”, o sea cada quien se va entretejiendo su presente y su futuro. Lo que sí es que el año nuevo nos presentará nuevos retos. No les tengamos miedo. Llamémosles mejor: oportunidades. He visto un programa sobre la vida de una mujer santa. Era una excelente esposa, una estupenda madre de 11 hijos, una amiga bondadosa, una cristiana ejemplar, un modelo de sencillez, de paciencia, de alegría. Era incapaz de hablar mal de alguien. Se llamaba Amparo Portillo. Sobrellevó su grave enfermedad que la llevó a la muerte, con una gran entereza. No hace mucho que murió. Y han introducido la causa de su beatificación. Entremos pues con fe en esta nueva década. Aquel burrito decía: “que me apareje quien sepa y que me cargue quien pueda. No me saquen de mi paso y llegaré a donde sea“. “Al mal paso…. darle prisa” o “a mal tiempo…… buena cara”. No temamos los fracasos. Al fin que….. “no hay santo que no tenga historia……ni pecador que no tenga futuro”. Bien escribía santa Teresa: “que los sabios nos enseñen y los prudentes nos gobiernen”. “El bien no hace ruido…… y el ruido no hace bien”. “Si se cae un árbol, hace mucho ruido, pero si crece la selva no se escucha nada”. “Es tan poco el amor paga gastarlo en celos”. Así que “a Dios orando y con el mazo dando”. “Dios aprieta, pero no ahorca”. Entonces………“no le digas a Dios qué grande es tu problema; dile a tu problema qué grande es Dios”. Por ello….. “el que anda de buenas….. no puede andar de malas”. Este año vamos a “echarle todos los kilos”, “toda la carne en el asador”. Sobre todo vamos a ser mejores personas. Aprendamos de los verdaderos maestros. Como la sagrada familia. Como Jesús, como los magos. Imploro de Dios su luz, su fuerza, su perdón y su gracia para todos y cada uno de ustedes en este año nuevo.
Mons. Eduardo Ackerman D.
Parroquia Santa María Reina de la Paz