El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán

Viernes

Evangelio: Lucas 21,29-33

En aquel tiempo, les puso también Jesús esta comparación: Mirad la higuera y los demás árboles. Cuando veis que echan brotes, os dais cuenta de que está próximo el verano. Así también vosotros, cuando veáis realizarse estas cosas, sabed que el Reino de Dios está cerca. Os aseguro que no pasará esta generación antes de que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.  

 

ORATIO

La muerte es la gran cita que nos espera a todos y que nuestra sociedad materialista ha convertido en un tabú insuperable, difundiendo su terror. Oh Señor Jesús, tú que venciste a la muerte, abre nuestros corazones y nuestras mentes para comprender que la muerte es un proceso humano como el nacimiento: es nacer a una existencia diferente. La muerte es el punto de llegada tras la agotadora marcha de la vida, durante la cual caemos, nos cansamos, nos sentimos solos, sedientos, dudando de si podremos llegar a la meta. Oh Señor, libéranos del miedo a la muerte y haz que su pensamiento nos ayude a vivir mejor, para poder habitar un día en tu casa. La muerte es asimismo el punto de partida para quien ha vivido bien., intentando conocerte cada vez mejor, amarte cada vez más y servirte en los hermanos. Oh Señor, concédenos experimentar en nuestro morir cotidiano el poder de tu resurrección, de suerte que podamos vivir cada acontecimiento a la luz radiante de la vida que nos espera. 

 

Mons. Salvador Cisneros G.

Parroquia Santa Teresa de Ávila

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