Emergencia por la paz ¡Trabajar por la paz urge!

México, D.F. a 5 de diciembre de 2014

CEM B. 166 / 2014

 

Emergencia por la paz ¡Trabajar por la paz urge!


La Iglesia Católica siempre trabaja en la construcción de la paz, sin embargo, la magnitud de la violencia que está viviendo el país hace que estos esfuerzos sean insuficientes. Las víctimas y sus familiares son las primeras personas que necesitan de nuestra ayuda, pero este trabajo no se puede alcanzar sin justicia, sin restablecer el Estado de Derecho, sin reconocer y responsabilizar por el daño hecho, para entrar de lleno a una etapa de reconciliación y transformación social que cure las heridas y que propicie la paz y desarrollo que tanto anhelamos los mexicanos.


Hoy venimos a presentar una experiencia pastoral práctica de trabajo de construcción de paz y una reflexión; las compartimos con el ánimo de contribuir desde nuestro ser de Iglesia a la urgente necesidad de paz y la reconciliación en México.  


1.- Sistematización del acompañamiento integral a víctimas de las violencias en Acapulco.


En la parte práctica presentamos los resultados del “Acompañamiento Integral a Víctimas de las Violencias en la Arquidiócesis de Acapulco, construcción de paz de cara a la crisis humanitaria en México”, encabezado por Monseñor Carlos Garfias Merlos, Arzobispo de Acapulco, a través del cual se han atendido a mil 541 víctimas y a 202 familias, sólo de junio de 2013 a julio de 2014. 


Este acompañamiento se ha dado en alguna o varias de las cuatro modalidades: pastoral, espiritual, psicosocial y jurídico. Se busca que las víctimas se reconcilien y se reconstituyan con ellas mismas para evitar que se conviertan en personas llenas de rencor, que busquen venganza o se conviertan en nuevos victimarios. Muchas de estas víctimas acompañadas por la Arquidiócesis de Acapulco hoy participan como promotores y constructores de paz en sus comunidades. Esta provincia eclesial ya ha conformado cinco Centros de Escucha y está por abrir otros dos en la Costa Grande, para seguir trabajando este tema.


2.- Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz, Reconciliación, Fe y Política


En cuanto a la reflexión, la Comisión Episcopal para la Pastoral Social (CEPS), a través de la Dimension de Justicia, Paz y Reconciliación, Fe y Política, que preside Mons. Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca, está presentando sus "Directrices", un trabajo que brinda sustento para esta pastoral.

Desde el año 2010, con la Exhortación Pastoral de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) “Que en Cristo nuestra paz, México tenga vida digna”, se le encomendó a la CEPS, y de manera particular a dicha Dimensión, trabajar por la apropiación e implementación de esta Exhortación.


Las Directrices responden a las preguntas que nos hacen nuestros agentes pastorales en su trabajo cotidiano: “¿qué y cómo impulsamos la construcción de la paz y la ciudadanía permanente?”. No hay una respuesta única, se trata de muchas respuestas, ideas, reflexiones y experiencias útiles en este trabajo, lo que se intenta aquí es ordenarlas y sistematizarlas para poderlas compartir de una manera más práctica. Se trata de insumos de reflexión, fundamentación y algunas herramientas de apoyo. 


Con base en nuestra fe y en estas experiencias que hoy les presentamos, reconocemos que no es fácil restablecer la paz, se trata de un proyecto de largo aliento que requiere construirse sobre bases firmes de justicia y reconciliación, lo cual implica fortalecer y restablecer las relaciones y transformar las instituciones y los sistemas injustos.

 

Los gobiernos federal, estatales y municipales del país tienen la obligación y compromiso de recuperar el Estado de Derecho lo más pronto posible y castigar a los infractores, sean estos delincuentes comunes o funcionarios corruptos u omisos, pues sin verdadera justicia es fácil volver a delinquir, pero también nos toca a todos como sociedad participar y construir paz. Debemos transitar por los caminos de la sinceridad y la verdad. Sin la identificación de los responsables, sin el conocimiento de lo que realmente ha ocurrido, son imposibles el arrepentimiento y el perdón sinceros. La verdad no cierra los ojos, ni los oídos, ni la boca. Establecer la verdad es una condición básica para la reconciliación.


Creemos que estas dos publicaciones, que sistematizan lo que por años ha hecho nuestra Iglesia, pueden ser de gran ayuda no sólo para nuestros agentes pastorales, sino para todas aquellas personas e instituciones interesadas en trabajar en la construcción de la paz en México. El país nos necesita a todos.


Estamos convencidos que la situación de violencia e inseguridad puede transformarse generando procesos conjuntos, interdisciplinares e interinstitucionales; construyendo relaciones de confianza que irrumpan en capacidades de incidencia y desarrollo de iniciativas locales de paz.


Que en Cristo nuestra paz, México tenga vida digna.

 

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