La experiencia del perdón

La experiencia del perdón además de ser una de las experiencias más profundas de la existencia humana, va unida a las experiencias más fundamentales de vivir y convivir, afecta a la dimensión personal y a la social, a la familiar y a la religiosa.

Late, en el fondo, todo el problema de nuestra propia aceptación en las condiciones limitadas, imperfectas, de una vida volcada a conseguir felicidad, bienestar, poder, dinero y "convencida" de no poder alcanzarla.

Late toda la contradicción de un mundo asentado sobre el dinero y la abundancia, pero condenando a muerte a varios millones de sus habitantes, pregonando niveles y calidad de vida pero sometiendo a la mayoría de la humanidad a condiciones lastimosas.

Late todo nuestro querer y no poder, nuestro aparentar lo que no somos, el dar una imagen que oculte nuestro rostro y cubra nuestra realidad.

La experiencia del perdón es la gran necesidad que tenemos de Alguien que, sabiendo cómo somos, nos acepte y nos quiera y nos ayude a enfrentarnos a ese gran problema que es el propio "yo".

¿Qué y quién se oculta detrás de cada uno de nosotros? ¿Qué hay tras esa imagen pública o social con que nos presentamos en sociedad? Siempre lo mismo, siempre un ser humano. Una persona. Un "yo".

Pero una persona necesitada, un "yo" temeroso, un ser humano frágil.

Necesitamos de los demás y pretendemos atraerlos con el boato de lo externo, la belleza, el dinero, la seguridad, el poder, la sabiduría, la simpatía; pero tenemos miedo a que descubran lo que realmente somos.

Necesitamos a los otros, pero les tememos a la vez. Tenemos miedo de nosotros mismos.

 

Mons. Salvador Cisneros

Parroquia Santa Teresa de Ávila

 

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