Propuestas para el Año Nuevo

1. ¡Feliz el que vive de la confianza de la fe! Descubre el misterio más amplio que existe: la continua presencia de Jesús vivo y resucitado.

2. "Donde hay amor, Dios está presente". No nos cansemos. Donde hay un amor vivo, Dios está presente; más aún: Él está ahí en plenitud.

3. ¿Somos de los que, por medio de la confianza, abren caminos de paz? Ahí, los dones del Espíritu Santo nunca se agotan.

4. Comprender que Cristo es, ante todo, comunión. Él ha venido a ofrecer a todo ser humano una comunión en su cuerpo, su Iglesia.

5. A lo largo de la vida, lejos de dejarnos deslizar en el vacío del desánimo, Cristo nos ofrece siempre de nuevo un frescor. Una pequeña primavera. ¡Y cada uno puede abrirle su ventada!

6. Cuando los sentimientos humanos se revisten de espinas, la llama del Espíritu Santo puede consumir hasta las raíces de la amargura.

7. Para salir de los desánimos y descubrir la esperanza, tenemos necesidad, sobre todo, de testigos de la confianza y de la fe.

8. Confiar por igual en todos los pueblos de la tierra, y no sólo en algunos, abre un camino de paz.

9. Buscando seguir a Cristo en medio de los demás, ¿quién se atreverá a ir hasta el límite de sus fuerzas para perdonar una y otra vez? Ahí se encuentra el extremo del amor.

10. ¿Pensamos algún día renunciar a Cristo? Él nunca renuncia a nosotros. ¿Creemos haberle abandonado? Él está siempre presente. Ahí está lo sorprendente. Ahí está lo inesperado.

11. Saber que la muerte no es el final aporta paz al corazón. La muerte abre paso hacia una vida en la que Dios nos acoge en él para siempre.

12. El corazón recobra la paz cuando, al ser herido o humillado, se apresura a encomendar a Dios a quienes le han golpeado, maltratado.

 

Mons. Salvador Cisneros

P. Santa Teresa de Ávila

 

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