Sean misericordiosos como su Padre es misericordioso
Lectura
Evangelio: Lucas 6,36-38
Dijo Jesús: Sean misericordiosos como su Padre es misericordioso.
No juzguen, y no serán juzgados; no condenen, y no serán condenados; perdonen, y serán perdonados. Den, y Dios les dará. Les verterán una medida generosa, apretada, rellena, rebosante; porque con la medida con que midan, Dios los medirá a ustedes.
ORATIO
Cuando la limitación de mis horizontes pretende juzgar los infinitos espacios de tu misericordia, Señor, escucha; Señor, perdona. La impaciencia hace que coseche sólo en la vida fatigas, sufrimientos, promesas vacías o pruebas inútiles. Dilata mi pobre corazón para no contristar al Espíritu que todo lo sostiene y lo renueva todo. Enséñame, oh Dios, el arte de elegir lo mejor en todo y en cada uno, ayúdame a mirar al mundo con tu amor de Padre.
Concédeme una mirada sincera y serena de mí mismo: reconociéndome, mirado con benevolencia, esperado, perdonado, aprenda así a perdonar, a esperar, a callar. Sugiéreme el tiempo y modo más oportunos para ofrecer a cada uno la ayuda que necesite sin excluir a nadie en mi interior.
Cuando el temor me asalte y vacile mi esperanza, Señor, hazte cargo de todo; que me limite a gritar: "¿Hasta cuándo, Señor?". No con orgullo o amargura, sino con las lágrimas de un niño que sabe hablar a su Padre.
Mons. Salvador Cisneros
Parroquia Santa Teresa de Ávila