TENED CEÑIDA LA CINTURA, Y LAS LÁMPARAS ENCENDIDAS
Evangelio: Lucas 12,35-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Tened ceñida la cintura, y las lámparas encendidas. Sed como los criados que están esperando a que su amo vuelva de la boda, para abrirle en cuanto llegue y llame. Dichosos los criados a quienes el amo encuentre vigilantes cuando llegue. Os aseguro que se ceñirá, los hará sentarse a la mesa y se pondrá a servirlos. Si viene a media noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.
ORATIO
Tú eres, Señor Jesús, mi paz. Ayúdame a comprenderlo no sólo con la mente, sino de un modo existencial, en el orden concreto de las horas vividas no sólo para ti, sino junto a ti. Que yo no caiga en el embotamiento, seducido por seguridades sólo materiales. No permitas tampoco que me deje esclavizar por el legalismo y el formalismo. Concédeme un corazón sereno, vigilante y despierto en el cumplimiento de todo lo que complace al Padre.
Derriba en mí todo muro de división, toda intolerancia y enemistad, toda forma -aunque sea larvada- de prevaricación y desamor. Con tu muerte en la cruz has acogido a todos los hombres en tu corazón, reconciliándolos con Dios dentro del único cuerpo que es la Iglesia. Hazme vivir, pues, reconciliado, en la alegría de llegar a ser «morada de Dios por medio del Espíritu».
Mons. Salvador Cisneros
Parroquia Santa Teresa de Ávila