Arzobispo: “La visita del Papa ha sido un regalo de Dios para México”
La visita del Santo Padre, el Papa Francisco, fue una gran alegría para los mexicanos que pudieron estar cerca de él, en los encuentros y celebraciones que realizó en la Ciudad de México, Chiapas, Michoacán y Chihuahua. Y donde pudieron asistir fieles de todas las diócesis de nuestro país, e incluso de varios países latinoamericanos y de Estados Unidos.
"La visita del Papa ha sido realmente un regalo de Dios para México. Nuestro México lo requiere, lo necesita, que tiene esta fe que nace con nuestra identidad de pueblo. Yo escuché hoy mismo entre la gente que venía de Juárez para acá, y que habría participado también en las celebraciones que el guadalupanismo es tan singular que aun cuando alguien se proclame ateo sin embargo se dice guadalupano. Es algo que nace con nuestra identidad de pueblo, y por lo mismo forma parte de nuestra idiosincrasia", dijo el Arzobispo Metropolitano, Don Rafael Romo Muñoz.
Añadió que el pueblo mexicano necesita fortalecerse, educarse y comprometerse en su fe y que los responsables de dirigir la Iglesia continúen trabajando en la Misión Permanente.
En relación al mensaje que el Santo Padre les dio a los obispos en la Catedral Metropolitana, considera lo más importante que los impulsó a continuar con la Misión Permanente. Así como el hecho de que tengan un mejor entendimiento entre si y se organicen mejor.
Y de su encuentro con la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, opina que el muy seguramente sintió lo mismo que el Papa Francisco cuando también tuvo la oportunidad de estar en el mismo lugar.
"Para mí el rostro más hermoso de mujer es el rostro de Santa María de Guadalupe porque lo pintó ella misma. Ella misma lo dejo. No es inventiva de ningún humano, sino que es creatividad de la Madre Santísima Virgen que dejo su imagen en este lienzo, y por lo tanto es el rosto más hermoso de mujer, sus ojos de tanta ternura. Eso decía el Papa de los ojos de la Virgen Quiero mirar sus ojos, y es lo mismo que yo sentí cuando estuve ante este ayate. Y el Papa se mostró tan profundamente comunicado con la Santísima Virgen. Es un llamado para nosotros mismos al final de su recorrido, al final de su homilía que sin la Virgen de Guadalupe no se puede pensar en México, es decir, que forma parte de nosotros", expreso Mons. Romo Muñoz.
Con los indígenas en Chiapas considera muy importante el mensaje del Papa Francisco resaltando que ellos no son personas de segunda, ni de tercera, ni de cuarta sino que todos tenemos la misma dignidad delante de Dios.
También le gustó mucho el encuentro que tuvo con los jóvenes, y espera que sus palabras los impulse a continuar como Iglesia.
"En la cárcel también me pareció muy singular la comunicación que dio la mujer, la magnífica manera de hablar y también en contenidos y palabras. Y el gesto del Santo Padre de haber saludado a todos de mano. Eso es increíble. Y luego que en la misa de despedida en Juárez uso el báculo que le acababa de regalar uno de los presos. Son detalles muy bonitos", compartió el Arzobispo.
A los empresarios también los invito a no solo buscar la productividad, sino la dignificación de los trabajadores con un salario digno también.
Y antes de iniciar la eucaristía binacional, durante su recorrido, llego a la cruz dedicada a los migrantes que han muerto en su intento por cruzar a Estados Unidos, saludo y bendijo a los asistentes, entre ellos muchos migrantes, que en el lado estadounidense participaron de la misa. Así como a quienes estuvieron en el estadio de una universidad en el Paso, Texas participando de esta celebración.
Y al término de la misa en Juárez también saludo a cada uno de los obispos, ya que no había tenido la oportunidad de ello.
Finalmente comento que la entrega de los católicos al Santo Padre fue muy grande, ya que fueron multitudes las que se reunieron con el Papa Francisco, porque en la Basílica Nuestra Señora de Guadalupe y la explanada había alrededor de 35 mil fieles, en el Estado de México aproximadamente medio millón de católicos, y en la explanada de Juárez, cerca de la línea divisoria había más de 250 mil personas.