Jóvenes “millennials” responden a la llamada vocacional en medio de pandemia por Covid-19
Pastoral para la Comunicación. – Un millennials, es el adjetivo que se usa para aquellos nacidos entre los ochentas y mediados de los noventa, los cuales se hicieron adultos con el cambio de milenio en una época de auge económico y un desarrollo tecnológico vertiginoso. Sus características son las propias de quien vive en la época de las nuevas tecnologías y las comunicaciones.
No es raro encontrarlos navegando en las redes sociales como facebook, twitter, instagram, youtube, descargado app, navegando en la red, con snapchat, en wsp e intercambiando gifs; se asoman y acercan a la inquietud de responder a su llamada hacia el inicio de un proceso para el sacerdocio a través del preseminario, utilizando las mismas herramientas que para ellos son comunes como las nuevas tecnologías sin dejar de sorprender y llamar la atención que desafían los paradigmas de los perfiles tradicionales.
La llamada de los jóvenes “millennials” tiene que ver con una “revolución digital” que parecería desencarnada de la búsqueda de proyectos de vida trascendentes como es la opción al sacerdocio, y por el contrario, se da una búsqueda de sus anhelos e ideales incluso ahora mismo que vivimos esta pandemia marcada por el Covid-19.
Ya que la vocación tiene que ver con un llamado y respuesta que no se fragua en los mejores momentos de la historia o de las personas, sino que se escribe aun cuando todo parece adverso. No es raro que hoy no sea distinto con lo que vivieron los apóstoles o los santos en otros momentos de la historia.
La vocación de cada uno sigue animada y suscitada por el Espíritu un viento que es renovado, que se ajusta a los tiempos actuales; en los que es necesario que vibre el palpitar de la persona y su historia de vida conectados al instagram, internet y smartphones como cosas accesorias que incluso pueden ayudar en una evangelización más encarnada, lo que no cambia es que el hombre sigue siendo hombre y que su corazón es de Cristo, que su vida está consagrada para hacer presente a Cristo en medio de los hombres.
