Carta del cardenal Secretario de Estado, enviada en nombre del Santo Padre, al X Foro para el Futuro de la Agricultura
(Bruselas, 28 marzo 2017), 28.03.2017
Publicamos a continuación la carta que el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, ha enviado en nombre del Santo Padre Francisco al X Foro para el Futuro de la Agricultura, que tiene lugar hoy, 28 marzo de 2017, en Bruselas, Bélgica:
Para el Sr. Janez Potocnik Presidente del Foro para el Futuro de la Agricultura
Los trabajos del X Foro para el Futuro de la Agricultura brindan al Santo Padre la ocasión de animar con fuerza a todos aquellos que, con diferentes tareas y responsabilidades, están llamados a dar respuestas y soluciones a las necesidades de la actividad agrícola en sus distintas fases.
Una ojeada, incluso rápida, sobre la situación mundial revela la necesidad de un mayor compromiso en favor del sector agrícola no sólo para mejorar los sistemas de producción y comercialización, sino también y sobre todo, para acentuar el derecho de todo ser humano a tener acceso a alimentos sanos y suficientes y a ser alimentado en la medida de sus necesidades, participando en las decisiones y estrategias que se actúen. Es cada vez más evidente la necesidad de situar en el centro de cada acción a la persona, sea ésta sujeto del trabajo agrícola que comerciante o consumidor. Este enfoque, si se comparte como acicate ideal y no como dato técnico, nos permite considerar la estrecha relación entre la agricultura, el cuidado y la protección de la creación, el crecimiento económico, los niveles de desarrollo y las necesidades actuales y futuras de la población mundial.
Las expectativas relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, definidos por toda la comunidad internacional, requieren, de hecho, hacer frente a la situación de ciertos países y zonas donde la agricultura sigue siendo débil, porque no está lo suficientemente diversificada y, por lo tanto, es inadecuada para responder al contexto ambiental o al cambio climático. Ante nuestros ojos están los bajos niveles de empleo y de renta, al igual que la malnutrición, incluso crónica, de millones de seres humanos. Es un mecanismo complejo que afecta principalmente a las categorías más vulnerables, excluidas no sólo de los procesos de producción, sino a menudo obligadas a abandonar sus tierras y a movilizarse en busca de refugio y de esperanza de vida.
No se trata de pensar en el futuro de la agricultura imponiendo un modelo de producción del que se aventajen pequeños grupos o una exigua porción de la población mundial, ni de plantearse el trabajo agrícola partiendo de los resultados obtenidos con la investigación de laboratorio. Ese enfoque puede ser una fuente de beneficio inmediato para algunos, pero ¿hemos evaluado cuánto perjudicará a los demás? Todos los esfuerzos deben orientarse, en primer lugar, a que cada país aumente sus propios recursos para alcanzar la autosuficiencia alimentaria, pensando en nuevos modelos de desarrollo y de consumo, facilitando formas de organización comunitaria que valoricen a los pequeños productores y preserven los ecosistemas locales y biodiversidad (cf. Enc. Lett. Laudato si ‘129, 180), así como adoptando políticas de cooperación que no agraven la situación de los pueblos menos avanzados, o su dependencia externa.
La distancia entre la magnitud de los problemas y los resultados positivos hasta ahora obtenidos nunca debe convertirse en motivo de desánimo o desconfianza, sino de responsabilización. Que en el diálogo promovido por el Foro que Usted preside, todos encuentren el estímulo para intensificar la obra emprendida haciéndola más creativa y estructurada. ” ¡Es tanto lo que sí se puede hacer!” (ibíd., 180).
En nombre del Papa Francisco le deseo que el encuentro sea particularmente fructífero, y expreso un cordial saludo a Usted y a todos los participantes.
Cardenal Pietro Parolin
Secretario de Estado de Su Santidad