MENSAJE DE LOS OBISPOS DE MÉXICO CON MOTIVO DE SU XCVI ASAMBLEA PLENARIA

                       Cuautitlán Izcalli, Estado de México, 13 de noviembre de 2013

 

 

 

“Que de Dios, nuestro Padre, y de Cristo Jesús, el Señor, les lleguen la gracia y la paz” (Rom 1,7).

 

Llamados por Dios nuestro Padre a servir a su pueblo en nombre de Jesucristo, los Obispos de México queremos compartirles fraternalmente lo que llevamos en nuestro corazón de pastores.

 

Ante todo, hacemos nuestro el intenso dolor y el atroz sufrimiento que, a lo largo y ancho del país, experimentan muchas personas, familias y migrantes que son víctimas de la violencia, de las extorsiones, de la injusticia, de la corrupción, de la impunidad, del desempleo y la pobreza y, últimamente, de los desastres naturales.

 

No solo durante esta semana, sino a toda hora, queremos vivir cerca de ustedes y con ustedes estas experiencias tan amargas, que parecen multiplicarse cada vez más.

 

Les decimos, por tanto, que nuestra oración, la predicación de la Palabra de Dios, la celebración de los sacramentos y todo nuestro trabajo pastoral tienen como único objetivo hacer el bien y seguir comprometidos con los mejores anhelos de su corazón. El tesoro y la piedra preciosa que ofrecemos es el amor y la salvación que nos entrega Jesucristo.

 

Durante estos días de nuestra asamblea, lo que más nos ha ocupado es buscar la forma de hacer llegar a todos los sectores y ambientes de nuestra patria la frescura del amor poderoso de Dios, a través de una nueva evangelización, auténtica y gozosa, misión que Jesús ha confiado a todos los bautizados, y que es capaz de edificar una sociedad en la que se respete la vida, la dignidad y los derechos de todas las personas, condición indispensable para la paz y el desarrollo.

 

Deseamos que encuentren en nosotros los obispos y en los sacerdotes una presencia cercana de esperanza, de consuelo y fortaleza.

 

Al estar por concluir el Año de la Fe, suplicamos a Cristo, Rey del universo, por intercesión de Nuestra Señora, la Virgen de Guadalupe, que nos ayude a descubrir los signos de esperanza y hacer realidad estos compromisos que inspiran nuestro amor pastoral por ustedes. Pidiendo también su confianza en la Iglesia católica y en todos sus proyectos, les agradeceremos siempre su oración por nosotros.

 

Sus servidores, los Obispos de México.

 

 

† José Francisco, Card. Robles Ortega                                          

Arzobispo de Guadalajara

Presidente de la CEM

 

† Eugenio Lira Rugarcía

Obispo Auxiliar de Puebla

Secretario General de la CEM                                

 

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