El Viacrucis: un acto de piedad que sigue vigente

Pastoral de la Comunicación.- La popularidad del Viacrucis ha hecho que la palabra misma entrara en el vocabulario popular, ya que cuando una persona sufre un arduo y difícil infortunio se comenta que “vive un viacrucis”.

Sin embargo, el rezo o meditación del vía crucis como práctica devocional hunde sus raíces en diversos elementos de la historia. Ya que se considera que las estaciones del Viacrucis tal como las conocemos hoy (las doce primeras estaciones) fueron descritas en el libro Jerusalén sicut Christi tempore floruit (Jerusalén floreció como en tiempos de Cristo), escrito en 1584 por Adrichomius. Y posteriormente el carmelita Jan Pascha fija las catorce estaciones actuales.

 

A partir de ese momento la devoción al Viacrucis se multiplicó, destacando en ello la Orden de San Francisco, ya que antes como ahora eran los custodios de los Santos Lugares (Tierra Santa). Desde entonces, las peregrinaciones a Tierra Santa eran cada vez más difíciles. Por eso, el papa Inocencio XI en 1686, concedió a la Orden de San Francisco el derecho de erigir Viacrucis en las iglesias que ellos regentaban, recibiendo los fieles las mismas indulgencias que se concedían para la peregrinación a Tierra Santa. Posteriormente el papa Benedicto XIV (1742) extendió a todas las iglesias poder poner las estaciones del Viacrucis y exhortó a todos los sacerdotes a enriquecer sus iglesias con el rico tesoro de las Estaciones de la Cruz.

En 1991 san Juan Pablo II creó un nuevo Viacrucis para el Coliseo y el Viernes Santo lo dio a conocer a todo el mundo por medio de la televisión. Este Viacrucis se caracterizó por aumentar las estaciones a 15 y por contar solo con escenas narradas en los evangelios. Así lo hizo atendiendo a la reforma litúrgica promovida por el Concilio Vaticano II el cual aconsejó que todas las formas de oración se basaran en los textos de las Sagradas Escrituras y pensando en el ecumenismo, pues los hermanos separados no aceptarían escenas que no estuvieran en los cuatro evangelios. La Estación 15 era la Resurrección del Señor.

 

En la actualidad prácticamente en todas las iglesias, capillas y oratorios existen las Estaciones del Viacrucis, ya sea reproduciendo las escenas o bien en cruces sencillas de madera o de metal. Las cuales, a manera  de un camino o pedagogía, ayuda a los fieles a rezar, meditar o reflexionar sobre cada uno de los momentos de la pasión y muerte de Jesucristo.

La devoción a la práctica del Viacrucis se ha reflejado en la cantidad de obras de arte que invitan a la devoción del Camino del Calvario.

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